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'El Chorra'

En la última estancia de El Chorra en Sevilla, quedamos en la Puerta Carmona -donde tiene vivienda propia-, y estuvimos paseando por El Cerezo para recordar su participación en la construcción del barrio como encargado general de Gabriel Rojas. En el camino...

el 16 sep 2009 / 05:45 h.

En la última estancia de El Chorra en Sevilla, quedamos en la Puerta Carmona -donde tiene vivienda propia-, y estuvimos paseando por El Cerezo para recordar su participación en la construcción del barrio como encargado general de Gabriel Rojas. En el camino, hablamos de grandes cantaores, Mairena, Naranjito y José de la Tomasa, de cómo le va a su hijo Joselito en la cuadrilla de Cayetano, de José Chamizo, al que tanto quiere, y de su persistente regañina para que yo deje el tabaco. Luego fuimos a la Encarnación, donde criticó el brutal empapelamiento a la que está sometida, y pensé que podía iniciar una brega como la que tiene en Jaén para que el tañido de las campanas de la catedral se adapte a la normativa vigente. El bombero jubilado Antonio Rus, de 74 años de edad, es una china en el zapato contra las deficiencias urbanas, tanto que tuvo un espacio en una televisión jaenera para plantear su retahíla de denuncias. Lleva varios meses sin aparecer por Sevilla -que tanto le duele-, porque tiene cola mediática para contar su batalla de diez años con el cabildo catedralicio jiennense, que sigue empecinado en incumplir la ley sobre ruidos. El martes, intervino en un programa vespertino de la COPE y los tertulianos de la emisora eclesiástica le dieron la razón contra una Iglesia que está probando su propio caldo.

Rus ha dado la vuelta a la célebre frase cervantina, aquella en la que Don Quijote advierte a Sancho de los inconvenientes de topar con la Iglesia, que entonces contaba con la Inquisición y ahora se comporta como una asociación de vecinos, recogiendo firmas para salirse con la suya, y sermoneando a su rebaño con una mentira: que El chorra quiere quitar las campanas de la catedral. La primera en estampar la suya en los pliegos de Goliat ha sido la alcaldesa de la ciudad, Carmen Peñalver, cuando debía ponerse a favor del cumplimiento de la sentencia judicial que avala a David, y agradecerle la difusión internacional que está logrando de la catedral de Jaén, aspirante a Patrimonio de la Humanidad. Puede que el populismo gane a la razón legal, pero no podrán quitar a Rus su legendario éxito.

Periodista

daditrevi@hotmail.com

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