El Chozas regresa al disco de la mano de La voz del flamenco, el sello de Pedro Sierra. Acaba de editar 'Mi tierra y mi sangre', una obra marcada por su indiscutible personalidad.
El barrio de Los Carteros de Sevilla es cuna de grandes cantaores y muy buenos aficionados al flamenco. Es un barrio más junto que una lágrima, de pocas calles, pero en las tres últimas décadas han salido de allí cantaores como El Chozas, Antonio Chacón y Pepe Galán, por citar sólo a los profesionales más conocidos.
Antes despuntaron los hermanos Pichichi, Antonio y Juan. El primero de ellos hacía un fandango muy personal que grabó primero Chacón y después popularizó El Chozas, aquél de 'Hasta los hierros doblé', que tanto le dio al singular cantaor en el último lustro de los años 70. Realmente es un fandango que puede adjudicársele a él porque le dio la última mano de barniz y todo el que lo canta sigue su modelo.
Además de estos cantaores, el barrio dio también a Manolito Chacón -hermano de Antonio Chacón-, un gran cantaor que vio truncada su prometedora carrera al morir en plena juventud víctima de un desgraciado accidente en un cine de verano de Sevilla. Y, por último, El Juanele, uno de esos cantaores poderosos y con una voz muy flamenca que cuando se le metían los duendes en la garganta era capaz de acabar con todos los artistas nombrados hasta ahora.
José Antonio Muñoz El Chozas salió a mediados de los 70 y formó un lío con su primer disco, acompañado por el jerezano Paco Cepero, entonces el guitarrista oficial de Bélter. Sorprendió con una forma muy personal de cantar por bulerías y fandangos, convirtiéndose en una de las nuevas figuras de cante.
Después de más de 30 años, a punto cumplir los 60 y con una obra discográfica irregular, regresa al mundo del disco con 'Mi tierra y mi sangre', editado por La voz del flamenco, el sello del guitarrista Pedro Sierra. No grababa desde que en 1989 editó 'Molino de viento'. En estos últimos años, y aunque no ha dejado nunca de cantar en el escenario, se ha dedicado más a su profesión de carpintero fino dirigiendo su propia empresa.
Regreso. Con la voz algo castigada por el paso de los años, como es lógico, El Chozas vuelve al mundo del disco con un trabajo en la línea de sus últimas obras, siempre con un estilo muy personal y alejado de la ortodoxia y el mimetismo, sobrado de compás y con un regusto sevillano que nos trae bellos recuerdos de cuando empezábamos a tirarle los tejos al venusto cante jondo.
'De Mi tierra y mi sangre' destacamos la bulería ('La llave de mi corazón'), la soleá ('El tiempo lo cura todo'), los caracoles ('Cómo reluce el puente de Triana') y la seguiriya ('Los tormentos'), con un profundo cambio del jerezano Manuel Molina.
