Cultura

El Cid sólo falló con la espada en Dax

El torero Sebastián Castella volvió una tarde más a dar una gran dimensión y logró sumar un nuevo triunfo rotundo en su temporada, después de que hubiera desorejado al sexto toro de la tarde en la plaza francesa de Dax, imponiéndose a sus dos compañeros de cartel, Julio Aparicio y El Cid.

el 16 sep 2009 / 07:18 h.

El torero Sebastián Castella volvió una tarde más a dar una gran dimensión y logró sumar un nuevo triunfo rotundo en su temporada, después de que hubiera desorejado al sexto toro de la tarde en la plaza francesa de Dax, imponiéndose a sus dos compañeros de cartel, Julio Aparicio y El Cid.

Fue una tarde en la que Sebastián se rompió a torear con sus dos toros, dos buenos animales de El Pilar, el cénit de una corrida de una nota muy alta de esta divisa salmantina, que continúa cosechando éxitos en esta temporada 2009, según informa la web burladero.es.

Castella bien pudo haber cortado las dos orejas al tercero de la tarde, al que toreó de forma sencillamente sensacional y templada, rompiendo al toro por abajo y llevándolo muy largo por los dos pitones, relajado y gustándose en cada pase.

La faena al sexto toro no le anduvo a la zaga. Toreo bueno y caro del francés, de mando, poder y torería, que esta vez sí supo rematar con un gran estoconazo, broche de oro a una corrida clamorosa, en una de sus mejores tardes de la temporada.

También le pudo acompañar a hombros El Cid, que se volvió a llevar el mejor lote de la corrida. La faena a su primer toro, un animal noble y bueno de Moisés Fraile, tuvo sin lugar a dudas momentos de mucho interés, sobre todo en varias series por el pitón derecho, volviendo a la mejor versión que conocemos del diestro.

El quinto toro de la tarde fue aún mejor por bravo y encastado, con el que el sevillano volvió a disfrutar toreando al natural, en pasajes muy templados. En ambos, todo el esfuerzo fue en vano, porque no estuvo acertado con la espada.

Con anterioridad a estas faenas abrió plaza un poco inspirado Julio Aparicio, por debajo de sus dos toros, y que estuvo francamente mal con su lote.

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