Dicen que al cielo siempre se llevan a los imprescindibles, a los que más falta nos hacen en los momentos de zozobra y desconcierto. Con el reciente fallecimiento de El Sargentillo, Manuel Romero Gutiérrez era su nombre, se nos ha ido una parte importante del beticismo que arraigó en los municipios de nuestra provincia de Sevilla. Por él, por su padre y por personas como ellos va este modesto homenaje dedicado también a los que defendieron unos colores, los verdiblancos, con devoción y cariño más allá de los límites de nuestra ciudad.
Quiero recordar también a un bético de segunda generación que amó el escudo verde y blanco y que promovió como nadie entre sus paisanos e incluso sus clientes la pasión por el equipo de las trece barras. Natural de Sanlúcar la Mayor y propietario de un negocio hostelero con mucha solera en la bonita localidad aljarafeña, El Sargentillo siempre tenía palabras de ánimo para su equipo del alma.
También conocido por El Chispa, fue socio del club verdiblanco y cualificado miembro de la peña bética de su pueblo desde el mismo momento en que se fundó.
El Sargentillo se ha ido sin conocer la última heroicidad de su Betis, ganar un partido con remontada épica frenta al mejor líder, el equipo que dicen que va a ganar la Liga. Hubiera disfrutado del magnífico partido de Edu -cómo se echa este futbolista el equipo a las espaldas para conseguir el triunfo- o con el primer gol en verde y blanco de Mark González.
Todos los que le conocíamos recordaremos la figura de Manuel el Chispa con un emocionado minuto de silencio intimista y emocionado. Allá, desde el cuarto anillo de Heliópolis, vivirá semana a semana cómo nuestro Betis nos da más alegrías, seguro.
