Uno de los desafíos recientes de ciencia, desde Carl Sagan a Stephen Hawking, ha sido hacerse más cercana e inteligible a la gente corriente. Con este mismo propósito, el físico Javier Tejada se ha aliado con su colega Eugene Chudnovsky y con el popular Eduardo Punset para publicar el volumen El templo de la Ciencia. Los científicos y sus creencias (Destino), "un recorrido por el conocimiento en el que explicamos con un lenguaje cotidiano que todo está interconectado", según el primero.
El funcionamiento del cerebro, la estructura del cosmos o el cambio climático pertenecen a distintas habitaciones de esa casa común. Tejada es consciente de que el término templo, con sus connotaciones sagradas, puede repeler al público, pero en el fondo se trata de un homenaje a Einstein "y el científico también tiene fe en lo que hace, y sabe que la verdad habita en algún lugar".
La intención de los autores de El templo de la ciencia es acercar estos saberes incluso a la gente que no tiene ninguna formación, y la premisa fundamental del libro es la claridad: "Los científicos nos comunicamos entre nosotros con señas matemáticas, pero si hablo con usted tengo que recurrir a nuestro idioma común, usar metáforas de la vida", comenta. Claro que eso no resulta nada sencillo cuando se tiene en cuenta el enorme desarrollo que han experimentado, en apenas 50 ó 60 años, disciplinas como las matemáticas, la química o la física. "Sí, sabemos explicar muy bien lo que es el mundo clásico de la física, de la ciencia en general. Pero desde el comienzo del siglo XX surgen cosas como la mecánica cuántica, que el hombre no ve. ¿Cómo explicamos eso? Tenemos que hacer visible el mundo cuántico a la gente joven", señala Tejada.
Para este catedrático de la Universidad de Barcelona y doctor honoris causa por la City University de Nueva York, el desarrollo científico en España pasa "por hacer un gran esfuerzo en I+D y promocionar al máximo la idea de que la ciencia es la búsqueda de lo nuevo, y en este sentido el científico tiene que ser un aventurero", asevera.
Por otro lado, Tejada rechaza rotundamente la excesiva especialización del científico, que conduce sin remedio al ensimismamiento de los profesionales. "Aunque algunos físicos crean que la búsqueda de las membranas y de las cuerdas cósmicas explican todo, la ciencia no está hecha de compartimentos estancos", afirma. "Hay que pensar que si la historia de la vida fuera una película de tres horas, la ciencia ocuparía apenas el último microsegundo, ¡no podríamos verlo! ¿Cómo podemos ser tan soberbios?", concluye el físico.
