-Una empresa dedicada a los efectos especiales en Sevilla. ¿Un negocio con salida?
-Mientras que seamos los únicos en proporcionar estos servicios en la provincia, seguro.
-¿Cómo se le ocurre montar una firma de este tipo en el sur?
-Yo trabajaba por cuenta ajena en Madrid, en una empresa dedicada a los efectos especiales. Durante los dos años que estuve con ellos, observé que le surgían varios trabajos al año en Sevilla y que teníamos que bajar desde Madrid a realizarlos, con los costes adicionales que eso supone. Siendo de Sevilla, decidí lanzarme y montar una empresa aquí, después de investigar cómo estaba el sector. Observé que había empresas dedicadas a efectos digitales, pero no a los tradicionales. Rompí la hucha y decidí volver a casa.
-¿Qué diferencia existe entre unos efectos y otros?
-Con los digitales se hace todo durante la posproducción, mientras que los nuestros se utilizan durante el rodaje. Aunque el efecto visual puede ser el mismo, la forma de hacerlo es lo que nos diferencia.
-¿Cómo anda Bonzo FX de competencia?
-No me consta que exista ninguna empresa de este tipo en la región. Sí hay profesionales dedicados a ofrecer efectos especiales concretos, porque dentro de los tradicionales hay muchas disciplinas, como efectos relacionados con armas de fuego o meteorología. La diferencia es que Bonzo FX puede proporcionarlos todos.
-¿Dónde se concentra el mercado nacional?
-Sobre todo en Madrid, porque la industria audiovisual se encuentra allí, además de en Barcelona. Uno de los elementos clave para el desarrollo de este tipo de empresas es la aparición de la ficción española. Hasta ahora las televisiones habían comprado siempre series de este tipo a EEUU y el Reino Unido. Al entrar temáticas de tipo policíaco y sanitario, los efectos especiales han aumentado, porque se necesitan heridas y tiroteos.
-¿Qué hay de distinto entre trabajar aquí o en Madrid?
-Allí el negocio es más estable, porque las series tienen más continuidad. Aquí los trabajos son más puntuales y es más difícil prever la carga de trabajo. Hay algunas fechas que tienes prácticamente aseguradas, como Fin de Año, pero nunca del todo.
-Aparte de los efectos, ha decidido abordar la producción. ¿Diversificando el negocio?
-Abrimos ese campo porque vimos que había una necesidad. La industria audiovisual andaluza, a pesar de que cada vez realiza más películas, utiliza una temática concreta, más social o costumbrista, que no requiere de efectos especiales, por lo que era difícil tener continuidad. Lo que sí hay son muchos rodajes y eso nos permitía, ya que estábamos en contacto con la industria, dar otro tipo de servicios, bien a través de subcontratas, bien de producción propia.
-¿Cuáles son sus perspectivas a medio plazo?
-Hemos invertido en equipos de alta definición y queremos aprovecharlo, porque no está estandarizado. Llegar antes con este tipo de tecnología puede darnos muchos beneficios en el sector. Además, queremos introducir un departamento de efectos digitales, para prestar el servicio completo. Una vez consolidados aquí, queremos dar el alto y competir a nivel nacional.
-¿Cuál es su área de actuación?
-Principalmente Andalucía, aunque vienen muchas producciones extranjeras a grabar aquí. Es un plató natural espectacular, porque tiene, sol, playa, nieve, el mar... Hay muchas facilidades a la hora de rodar. Por ahora, con los trabajos que tenemos, no vemos la necesidad de expandirnos, porque además, abarcar mercados ya saturados no tendría sentido.
-¿Y tienen efectos especiales para luchar contra la crisis?
-Nos afecta como a los demás, sobre todo en el retraso de los pagos y también con los bancos. Si antes te daban el 50% por adelantado y el resto en los plazos convenidos, ahora te lo proporcionan en pagarés a 120 días y después de solicitárselo muchas veces. Y ya tenemos impagos. Eso sí, en el volumen de pedidos no nos ha hecho ninguna mella la coyuntura actual.
-¿Y un emprendedor se encuentra con muchos problemas en Andalucía a la hora de montar su empresa?
-Dependiendo del sector, hay áreas que están poco exploradas. En el nuestro en concreto es un poco arriesgado, pero lo que hay que hacer es acercarse a organizaciones como la CEA, que dan oportunidades a los que empiezan.
