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El cine europeo en femenino también puntúa alto en Sevilla

La crisis y las relaciones humanas son los asuntos de las películas 'Eat sleep die' y 'The shine of the day'.

el 07 nov 2012 / 22:34 h.

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Sin otorgar ninguna cuota específica pero sin descuidar su quehacer, las mujeres realizadoras tuvieron ayer su jornada de mayor protagonismo en el Festival de Cine Europeo. Tanto la sueca Eat sleep die (Comer, dormir, morir), de Gabriela Pichler, como la austriaca The shine of the day (El brillo del día) de Tizza Covi, representan sendas formas de rodar en femenino y llegar a resultados tan dispares que, una vez más, vuelve a darse el subrayado de los infinitos rostros del cine europeo.

 Ambas directoras presentaron ayer sus trabajos y, cada una por su parte, coincidieron en afirmar cómo sus películas "hablan de relaciones personales y de emociones en ocasiones no plasmadas en la gran pantalla". En el caso de la escandinava Gabriela Pichler, hija de padres obreros con orígenes bosnios, la cineasta recordó su infancia en un barrio de los suburbios de Estocolmo. "Conforme fui creciendo me di cuenta de cómo el cine sueco nunca ha reflejado la situación de familias como la mía, dando al mundo una imagen casi idílica o muy estilizada de los suecos". Por eso decidió rodar Eat sleep die. Sobre el título, Pichler recordó sinceramente que cuando era pequeña "la vida era así, comíamos, dormíamos y, más adelante, se moría, porque no había nada especial que hacer; no teníamos dinero para ir de vacaciones, ni siquiera al cine".

En las antípodas igualmente de ese otro cine experimentalista sueco -el que bien podría derivar de Von Trier y la estela de su movimiento Dogma-, Gabriela Pichler centra su película en los avatares de una empaquetadora de verduras que pierde su empleo y debe superar diferentes obstáculos para resistir. "Fue rodada con una gran flexibilidad en el trabajo", según Pichler, quien también desveló cómo algunos de los momentos del filme fueron fruto de la capacidad de improvisación de los actores.

En la espontaneidad ahondó más la otra cineasta convocada al SEFF, la italiana Tizza Covi, quien rodó en Austria The shine of the day, una cinta que narra la relación entre Phillip y su tío, un viejo domador de osos que regresa a la vida de su sobrino tras varios años sin contacto. "Rodamos la película sin un guión preestablecido, antes de comenzar a filmar teníamos un guión de no más de 20 páginas y cuando empezamos nos dimos cuenta de cómo la misma trama seguía unos derroteros imprevistos que siempre hay que seguir, por encima de cualquier pauta previa", dijo ayer.

Para abordar un proyecto de estas características tan singulares, Covi admitió que "resulta fundamental el conocimiento mutuo entre los miembros del equipo para que la capacidad de improvisar fluya con naturalidad". También quiso profundizar la realizadora en el hecho de que su película deja premeditadamente "conflictos no resueltos en el aire". "Estoy cansada de la dramaturgia convencional, por eso he querido romper también con la forma clásica de contar las historias", aseguró. "En la vida no se encuentran soluciones para muchas cosas, abres una ventana y no sabes cuándo la vas a cerrar y, a lo mejor, por el camino abres otras tres... y así", explicó. Reflejo de esta concepción vital es un filme, muy aplaudido en el pasado Festival de Locarno, firmado por una pareja de creadores especialmente activos en el panorama europeo. Tanto Tizza Covi como Rainer Frimmel trabajan juntos en proyectos que involucran creaciones teatrales, cinematográficas y muestras de fotografía, siempre dentro del campo experimental.

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