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Cultura

El cine llora a Claude Chabrol, alma de la ‘Nouvelle vague’

El genial director francés falleció ayer a la edad de 80 años

el 12 sep 2010 / 19:16 h.

Claude Chabrol.
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La muerte del cineasta francés Claude Chabrol, alma del movimiento de la Nouvelle vague (Nueva ola) que nació hace 51 años con su filme El bello Sergio, y que falleció ayer a los ochenta, deja a la cinematografía francesa huérfana de uno de sus creadores más excepcionales. "Era la alegría de la vida", declaró el actor Gérard Depardieu -con quien rodó en 2009 Bellamy- al conocer la noticia de la muerte de Chabrol, de quien recordó su entusiasmo por todo y se declaró consternado: "No me hago a la idea de que se nos haya ido".

La muerte de Chabrol arrebata a la Nouvelle vague a otro de sus padres -los ya gloriosos Jacques Rivette, François Truffaut, Jean-Luc Godard, Éric Rohmer y Alain Resnais- que protagonizaron la ruptura técnica y artística de ese movimiento con el cine que se hacía hasta entonces.

Efectivamente, El bello Sergio marca el nacimiento oficial de este movimiento que revolucionó la historia del séptimo arte, a pesar de que desde 1956, en Le Coup du berger, de Jacques Rivette, se podían vislumbrar rasgos de la marea. Chabrol y los demás formaron el grupo de jóvenes críticos-cineastas franceses, grandes amantes del cine que forjaron la leyenda y que inicialmente fueron también conocidos como los jóvenes turcos.

La denominación de "Nouvelle Vague" fue acuñada el 3 de octubre de 1957 en el semanario "L'Express" por la periodista Françoise Giroud en un comentario sobre un sondeo sobre aquella juventud en la que se percibía el germen de mayo del 68. Pero sería en febrero de 1958 cuando Pierre Billard atribuyera la denominación exclusivamente al cine en la revista Ciné 58 y pronto adoptó el término el Centro Nacional de la Cinematografía (CNC).

 

Desde principios de 1959, los nuevos filmes distribuidos en Francia y, en particular aquellos que ese año fueron seleccionados para el Festival de Cannes, se estrenaron ya bajo la bandera de la Nouvelle vague. El grupo de artistas-críticos que les dio vida, formados todos ellos en la revista Cahiers du cinéma, aportaron ese año, además de El bello Sergio, otras joyas como Los 400 golpes, de Truffaut, y Al final de la escapada, de Godard.

Fueron verdaderos manifiestos creativos e ideológicos y la fórmula de la Nouvelle Vague la emplean aún hoy algunos de sus discípulos, como Erich Rohmer, quien nunca dejó de filmar con la máxima autogestión, sin exagerados presupuestos, en exteriores e interiores reales, cámara en mano, sumamente discreta a veces, con actores no siempre profesionales.

Entre las películas de Chabrol -cerca de sesenta y una veintena de filmes para la televisión- se cuentan algunas de las cintas más destacadas del cine francés, como Violette Nozière, La Ceremonia o Gracias por el chocolate.

En 2009 dirigió Bellamy y sus últimas obras fueron dos capítulos de Au siècle de Maupassant: Contes et nouvelles du XIXème siècle. Entre 1953 a 1957 fue crítico de Cahiers du Cinema, etapa en la que empezó a mostrar su interés por el cine estadounidense, sobre todo policiaco, y por Hitchcock; él mismo se convirtió en maestro del cine negro. En 1958 comenzó a trabajar como jefe de prensa de Twentieth Century Fox en Francia y paralelamente escribió guiones; rodó cortometrajes, y de forma ocasional intervino como actor en algunas películas. Gracias a una herencia recibida por su mujer, Agnes Goute, pudo realizar El bello Sergio, que estrenó en 1959 y con el que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín. El éxito de este filme y de Los primos, premiada en el Festival de Cine de Locarno, le permitió rodar su primera película en color en 1959, Una doble vida, que no tuvo buena aceptación.

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