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El Circo vuelve con un montaje y estancia reducidos pero igual colorido y emoción

‘Quidam’ llega hoy al Pabellón de San Pablo con 8 sesiones hasta el domingo. 58 acróbatas, músicos y cantantes pondrán en escena once números

el 17 dic 2013 / 22:01 h.

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Circo006Solo por cinco días (con ocho sesiones en total) y en el recinto acotado del Pabellón municipal de San Pablo, frente a la tradicional carpa que la compañía solía montar para estancias de más de un mes en sus anterior visitas a la ciudad, el Circo del Sol regresa a Sevilla con el espectáculo Quidam, donde la niña Zoe trata de escapar del aburrimiento y la soledad de su vida cotidiana buscando momentos de magia y diversión gracias a personajes como El Aviador que intenta volar o El Objetivo que se convierte en su compañero. 58 artistas entre acróbatas, músicos y cantantes participan en este montaje, una de las versiones de sus espectáculos adaptadas por el Circo del Sol para recintos cerrados de menor altura y tamaño. La compañía canadiense tiene permanentemente en gira por todo el mundo varios espectáculos, unos en versión para grandes carpas que exigen un montaje mayor y permanecen más tiempo en las ciudades y otros en versión más reducida como la que llega este año a Sevilla, según explicaron fuentes de la organización. En esta ocasión, no habrá artistas españoles sobre la pista aunque el elenco de Quidam está poblado de acróbatas y bailarines latinoamericanos. El espectáculo, de dos horas de duración (con descanso), se divide en once actos o números acrobáticos: contorsión aérea, banquine (pirámides humanas), swing en las nubes (combinación de trapecio con redes y cuerdas elásticas), diábolos, rueda alemana (saltos en el interior de una rueda acrobática), balanceo a manos (número con bastones), brincos (donde el juego de la comba sirve de inspiración), spanish webs (figuras creadas por los artistas atados con cuerdas por sus tobillos y muñecas), aros aéreos, statue (figuras humanas creadas gracias a la elasticidad de los acróbatas) y malabarismo. Lo que no cambia pese a esta versión más reducida es el colorido de un espectáculo en el que cada artista cuenta con entre dos y siete trajes para su participación, 250 vestidos en total –la mayoría confeccionados con telas teñidas a mano, seña de identidad del Circo del Sol–, 500 accesorios y una veintena de pelucas, bajo la dirección de la diseñadora de vestuario Dominque Lemieux. La escenograría no recrea espacios imaginarios sino escenarios reales desde un aeropuerto o una estación de tren hasta la casa de la protagonista. La música, como siempre en directo, es obra de Benoit Jutras, y es interpretada por seis músicos que siguen los movimimentos de los artistas en escena. Se escucharán instrumentos de viento y cuerda como violín, cello, saxofón, guitarras clásica y eléctrica, además de percusiones y teclados. La pequeña Zoe protagonista introduce una voz infantil. Quidam (un término que alude a un ser anónimo que se siente solo e invisible en la masa) fue estrenada en Montreal en 1992 y esta versión está dirigida por Franco Dragone. Aún quedan entradas a la venta, cuyo precio oscila entre 33,5 y 74 euros.

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