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El cliente sigue emigrando

El fantasma de la crisis económica ha hecho que los nazarenos se hayan apretado el cinturón más de la cuenta este año, y bien que lo han notado los comerciantes. Para más colmo, sigue muy vigente la costumbre de irse a la capital para adquirir los regalos en una sola jornada de compras.

el 15 sep 2009 / 20:41 h.

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El fantasma de la crisis económica ha hecho que los nazarenos se hayan apretado el cinturón más de la cuenta este año, y bien que lo han notado los comerciantes. Para más colmo, sigue muy vigente la costumbre de irse a la capital para adquirir los regalos en una sola jornada de compras.

El estudio de la previsión de gastos navideños de la Unión de Consumidores de Dos Hermanas calculaba que estas fiestas los nazarenos invertirían de media 40 euros menos que el año pasado, y encima se señalaba que la mayoría compraría en grandes superficies. Con el paso de los días se ha confirmado esta tendencia que se impone en la ciudad desde 2005, aunque tal y como advertía el informe al final los gastos han sido algo superiores. Eso sí, no se ha abusado demasiado.

La Federación Nazarena de Comerciantes (Fenaco) ha hecho cuanto ha podido para sacar a la gente a la calle. En colaboración con el Ayuntamiento ha puesto dinero para que se iluminen los viarios, se han celebrado actuaciones al aire libre y se han permitido puestos adicionales, como los instalados para la venta de churros o unos minimercadillos en la céntrica plaza de La Mina o en la del Emigrante.

Unas medidas que han funcionado y que los empresarios agradecen, puesto que al final más de uno termina metiéndose en una tienda, pero según los comerciantes la mayoría lo que acaba haciendo es mirar los productos más que comprarlos. Como cuenta Irene González, una dependienta de una tienda de bolsos de señora en el centro, "la gente compra cosas que aparenten, es decir, cosas baratas que parecen más caras de lo que son, los productos caros están tardando en tener salida".

Otros factores que afectan es la opción de hacer las compras en grandes superficies, o que un sector de los ciudadanos no precisamente pequeño mantenga la costumbre de ir sólo un día a Sevilla y hacer todas las compras que tengan que hacer de una tacada. Aún así, y al amparo del adelanto de las rebajas, en estos primeros días del año ha aumentado la clientela pese a que la lluvia no invita precisamente a pasear.

Sin embargo, la crisis no es la misma para todos, de hecho es especialmente raro el caso de José Manuel de la Flor, que a sus 56 años, y con casi tres décadas vendiendo carne en la plaza de Abastos del casco histórico, asegura que "este año he tenido más encargos que ningún otro, no sé por qué pero la crisis nos está viniendo bien. A lo mejor es que comer carne es más barato que comer gambas, no sé. Pero yo estoy teniendo hasta beneficios", declara el carnicero, y eso que estas Navidades el precio del marisco se ha reducido a la mitad.

Los juguetes y los regalos de Reyes se han visto beneficiados a última hora por las rebajas, al menos para darle salidas a cosas que no se hubieran vendido de mantener el precio, pero tampoco se han conseguido ingresos extras como en otros años. Ahora se aferran a los Reyes para intentar suavizar la cuesta.

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