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El club reacciona al incidente de los ultras cerrando los entrenamientos

El Betis se entrenará a puerta cerrada hasta el mismo sábado, pero no tomará ninguna otra medida por los incidentes que algunos ultras provocaron el miércoles en la sesión vespertina. El portavoz y los jugadores incluso quitaron importancia al hecho.

el 19 nov 2009 / 21:47 h.

Unos veinte ultras interrumpieron el entrenamiento vespertino del miércoles y lanzaron una bengala, pero el acto, lejos de ser condenado por el Betis, fue asumido con una naturalidad un tanto desconcertante. La única medida es que el equipo se entrenará a puerta cerrada hasta el sábado, así que "quizás paguen justos por pecadores, pero las circunstancias lo exigen y los aficionados lo entenderán", esgrimió el portavoz y coordinador general, José María Blanco. En principio no habrá castigo para los radicales, a pesar de que algunos fueron identificados por la policía.

"Lo que ocurrió no fue más que la representación del enfado que tiene un sector de la grada con el rendimiento del equipo", opinó Blanco, que casi justificó la acción de los ultras: "Al final lo que les pedían era lo mismo que todos queremos, que el equipo ascienda y gane. No hay que darle mayor importancia, el club ha solucionado este episodio aislado sin aspavientos", sentenció. Eso sí, al menos calificó los hechos como "incidente desagradable".

Por parte de los jugadores, idéntico discurso. Pavone, uno de los más enérgicos en la charla con los ultras, dijo sin embargo ayer que "no fue de tanta magnitud como se ha dicho". "Vinieron a hablar y pedirnos que saliéramos de esta situación, pero no hubo insultos ni nada grave. Hubiera sido mejor haberlo hecho antes o después del entrenamiento, para no parar el ritmo de trabajo, pero tampoco pasa nada. En Argentina sí he visto a compañeros recibir amenazas con un revólver incluso dentro del vestuario", refirió el delantero argentino. En resumen, que aquí no pasa nada...

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