Las salidas de tono de Manolo Jiménez en las ruedas de prensa han pasado de ser anécdota a ser noticia. El club 'ha recomendado' al técnico que no atienda a los medios entre semana y que se limite a hablar con los periodistas antes y después de los partidos.
Uno de los mayores hándicaps que ha tenido Manolo Jiménez desde su llegada al banquillo sevillista ha sido su relación con la esfera pública y con los medios. En la entidad sevillista eran y son conscientes de ello, por eso desde el ascenso del técnico al primer equipo han intentado aleccionarle en este aspecto, intentando orientar sus intervenciones y recomendándole algunos discursos calmados y pasivos. Pero no ha funcionado.
El miércoles, día en el que habitualmente Jiménez atendía a los medios entre semana -también lo hacían habitualmente Juande y Caparrós- el técnico no apareció. La razón la ofreció el departamento de prensa. El club, desde diversos estamentos, había 'aconsejado' al entrenador sevillista que prescindiera de esta intervención intersemanal y que se limitara a hablar para los medios tan solo el día antes y tras la disputa de los encuentros.
Las razones que han llevado al técnico del Arahal a esta situación han sido varias, pero todas se concitan en la agresiva rueda de prensa ofrecida por el técnico el pasado sábado, cuando arremetió contra la prensa.
Antes ya había ofrecido ciertas argumentaciones un tanto estrambóticas que sorprendieron a todos, incluso en el club. Desde la explicación de la suplencia de Diego Capel en Estambul debida "al barro", hasta las críticas a sus propios jugadores tras la derrota en Getafe, pasando por la explicación a los goles encajados a balón parado en el choque de vuelta ante el Fenerbahçe -"no es entrenable", llegó a decir-, sus cambios de opinión sobre las rotaciones en Riazor y las críticas, luego defensas, a Mosquera e incluso a Koné.
