Parece que la paz entre la asociación cultural del Resucitado y el Arzobispado está lejos de llegar. Aquella entidad utrerana, derivada de la suspensión de un colectivo religioso previo a comienzos de 2011, ha rechazado las peticiones que, según afirman, les han planteado desde Sevilla, aunque desde el Palacio Arzobispal han negado que esas reclamaciones se hayan producido. El origen del conflicto se remonta a hace más de dos años y medio, cuando la Iglesia decidía paralizar el proceso de un grupo de fieles que estaba trabajando en el seno parroquial con el fin de llegar a ser una hermandad en torno a la Resurrección de Cristo. El presidente del colectivo civil, José Antonio López, ha afirmado que el motivo para tomar esa decisión se debió a irregularidades dentro de la junta de gobierno, aludiendo a palabras del delegado diocesano de hermandades y cofradías, Manuel Soria Campos. En caso de ser así, tendrían que estar suspendidas todas las hermandades, porque en todas hay discrepancias, sentenció el utrerano. López contó que hace pocas fechas ha acudido a Palacio junto al vicepresidente de la asociación, habiendo mantenido un encuentro con Soria Campos. Fue una reunión que dijo haber llegado a solicitud del propio colectivo utrerano, a raíz de los tres meses que hace que un grupo de unas 90 personas vinculadas con el Resucitado acude a misa a la iglesia de las Madres Carmelitas. El utrerano, que señaló el torno cordial de dicho encuentro, aseguró haber pedido que la entidad que él representa pudiera volver a pertenecer a la Iglesia, para acabar con esta situación tan desagradable. Frente a esto, el representante de la asociación de Utrera afirmó que la respuesta de Soria se basó en las normas diocesanas. En este sentido, dijo que el portavoz del Arzobispado le recordó que no pueden poseer imágenes y que, por tanto, teníamos que destruirlas, o bien devolverlas a la imaginera para que las retocara y pudieran venderse. Nosotros pedimos poder guardarlas hasta constituirnos en hermandad, pero nos comentó que no, porque seguiría habiendo vinculación con esas imágenes, señaló el representante del Resucitado. El delegado de hermandades y cofradías también nos dijo que era necesario destruir los enseres de los que ya disponemos, porque tienen nuestro escudo; y que los pasos tenemos que venderlos. José Antonio López aseguró que desde Palacio se les comunicó la obligación de cerrar el comedor social que gestionamos, y en el que atendemos a 225 personas, como condición para iniciar un nuevo camino. Le propusimos cambiarle el nombre al comedor, pero nos dijo que no era válido, porque están las mismas personas dentro de él, y seguiría existiendo vinculación con el colectivo del Resucitado. En definitiva, Manuel Soria Campos nos comunicó que teníamos que partir desde cero si queríamos establecer un colectivo dentro de la Iglesia y, así, algún día, podríamos llegar a ser una hermandad, siguiendo un proyecto que tendríamos que trabajar con un párroco. El responsable de la asociación cultural del Resucitado reconoció sentirse apenado tras escuchar las palabras de Soria, porque esperábamos otra cosa. Le propusimos quedarnos varios años sin salir en procesión llevan saliendo a la calle desde que fue suspendida la asociación en 2011 para poder ser una hermandad, pero nos reiteró que era necesario destruir las imágenes y cerrar el comedor social, algo que no tiene ni pies ni cabeza. Por ello, anunció que vamos a seguir como estábamos, porque nosotros estamos dispuestos a rehacer el proyecto, pero no hay voluntad por parte de la autoridad eclesiástica. Afirmó que van a enviar una carta diaria al Palacio Arzobispal para pedir el reingreso como miembro de la Iglesia, y advirtió que nuestra situación va a llegar a Roma, porque tenemos medios, y vamos a hacer que se entere el Papa. Ante estas declaraciones, desde el Arzobispado también han querido puntualizar ciertas cuestiones. El delegado diocesano de hermandades y cofradías ha negado, en declaraciones a Radio Utrera, haber mantenido una reunión con dicho colectivo de Utrera. Ha dejado claro que se trató de un encuentro que fue solicitado por los miembros del Resucitado simplemente para encontrar respuesta a una pregunta. Soria Campos afirmó que los utreranos le plantearon la posibilidad de que un sacerdote acompañara espiritualmente a este colectivo civil, de cara a su futura transformación en hermandad. La respuesta del portavoz del Arzobispado fue negativa, a lo que añadió que existen las normas diocesanas donde se explican los requisitos y las condiciones para poder alcanzar dicho fin. En este sentido, recordó que, en caso de querer plantear un proyecto religioso, debe ser nuevo y han de empezar desde cero, para iniciar un camino de formación que, con los años, les lleve a ser asociación parroquial, posteriormente agrupación y, finalmente, hermandad. Soria dijo que no es cierto que él les haya planteado que cierren el comedor social ni que destruyan las imágenes. Cuando decidan que quieren entrar a formar parte de la Iglesia, será a través de los párrocos de Utrera cuando se decidirá qué ocurrirá con ambas cuestiones. Pero ellos no han venido a plantear su incorporación a la Iglesia ni se ha celebrado una reunión en la que se aborde el camino a seguir.