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El Colegio de Médicos advierte del repunte de agresiones físicas, aunque destaca la contundencia de las penas

Destaca, por el contrario, un mayor endurecimiento también  de las penas y sentencias condenatorias contra los infractores de  estos casos.

el 10 mar 2010 / 12:46 h.

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El presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Carlos  González-Vilardell, y el asesor jurídico de dicha entidad colegial,  Santiago Campo, coincidieron hoy en advertir acerca del "repunte de  agresiones físicas" cometidas en los últimos años por usuarios de la  sanidad contra facultativos en el ejercicio de su profesión, un  hecho, con todo, que contrapuso con un mayor endurecimiento también  de las penas y sentencias condenatorias contra los infractores de  estos casos.

En rueda de prensa, González-Vilardell detalló que, entre junio de  2009 y febrero de 2010, la entidad colegial registró un total de 34  procedimientos judiciales por agresiones, de los que cinco de ellos  se instruyeron por episodios de agresión física y el resto por  injurias y amenazas.

Así, y pese a que el número total de agresiones tanto físicas como  verbales ha disminuido porcentualmente, lamentaron que los episodios  denunciados son cada vez más graves, en referencia a casos como el  ocurrido el pasado mes de enero, en el que una médico y un enfermero  de un equipo de urgencias DCCU que atendía un aviso a domicilio en la  localidad de El Viso fueron agredidos por un usuario que portaba un  cúter.

Atendiendo al tipo de centros en los que se cometen este tipo de  actos violentos, detallaron que del total de estas 34 agresiones, 19  se registraron en centros públicos de salud, dos en centros privados,  seis en hospitales, cinco en dispositivos de urgencias y dos en  servicios de valoración de incapacidades contra inspectores del  INSS.

Con todo, ambos responsables destacaron que los procedimientos  judiciales abiertos contra este tipo de casos son cada vez más  contundentes, ya que se enjuician como delito de atentado contra la  autoridad pública en el ejercicio de sus funciones y no como un mero  juicio por faltas.

Así, y a modo de ejemplo, aludieron a recientes sentencias en las  que se han llegado a condenar a los agresores por penas superiores a  un año de cárcel e indemnizaciones que ascienden hasta los 3.000  euros por delitos de injurias graves contra la dignidad del  profesional sanitario.

A juicio de González-Vilardell, las agresiones que en los últimos  años se cometen contra el estamento médico "no son sino el reflejo de  la crispación que vive actualmente la sociedad", motivo por el que  apostó por "incrementar la educación de la población, recobrar el  prestigio de la profesión y aumentar las medidas disuasorias, como  timbres antipánico, cámaras de videovigilancia y vigilantes de  seguridad".

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