Los 150 niños de entre 3 y 5 años del centro de Educación Infantil Santa Catalina, ubicado en la Plaza Luis Cernuda (distrito Macarena), llevan, según sus padres, sufriendo humedades y goteras desde octubre , cuando el Ayuntamiento -responsable del mantenimiento de los colegios- acometió unas reparaciones en las canaletas. Sin embargo, las fuertes lluvias registradas la semana pasada agravaron la situación hasta el punto de inundar los aseos y provocar desprendimientos del techo en algunas aulas. La dirección y los padres urgieron entonces una solución fruto de la cual, y pese a que inicialmente ni el Consistorio ni la Junta veían riesgo para la seguridad de los niños, ayer se clausuró el colegio y se comunicó a los padres que el lunes no habrá clase.
Los alumnos serán reubicados, previsiblemente a mitad de la próxima semana, en el CEIP Blas Infante, en el Polígono Norte, opción que no gusta a todos los padres.
Ante las denuncias de los padres y del PSOE municipal -que instó el pasado viernes al alcalde a arreglar las goteras-, los peritos de Ayuntamiento y Junta llevan días visitando el centro, si bien sus conclusiones han ido variando. El mismo viernes, el Consistorio respondió al PSOE sacando pecho de las obras realizadas -a las que algunos padres atribuyen las filtraciones por la "chapuza"- tras años de abandono del anterior Gobierno de PSOE e IU. Anunció que sus técnicos estudiaban las obras a realizar y si podían hacerse con los niños dentro, una posición que mantuvo el lunes.
Ese día, la Junta informó de que sus peritos también visitaron el colegio y no veían riesgo. Los padres ya apuntaron que les habían hablado del posible cierre y el traslado de los niños al Blas Infante, pero ambas administraciones lo negaron.
Al día siguiente, el Ayuntamiento anunció que la única obra posible era la reparación íntegra de la cubierta y que ésta era incompatible con la actividad escolar, por lo que se haría al acabar el curso. Nada dijo de la necesidad de cerrar el centro ya y trasladar a los niños.
El miércoles, tras una reunión entre ambas administraciones, Educación instó al Consistorio a reparar mientras las filtraciones. El Ayuntamiento alegó que no cabía esa posibilidad y que el jefe de servicio de edificios municipales proponía cerrar el edificio hasta que se acometiera la obra de la cubierta -que no podía hacerse hasta verano por las lluvias- en un informe remitido a la Junta.
Educación negó haber recibido ese día el informe pero anunció que si el técnico municipal aconsejaba el cierre por seguridad, se haría inmediatamente. Sin embargo, al día siguiente -ya con el informe en sus manos- alegó que esperaría a lo que dijeran sus propios técnicos. Mientras algunos padres denunciaron la falta de información y mostraron sus reticencias a llevar a sus hijos al Blas Infante, debido a que por su ubicación acoge a niños de barrios que consideran marginales.
Y así llegó ayer, cuando al recoger a sus hijos, les informaron de que el lunes no habrá clase y les convocaron a una reunión para el lunes por la tarde para informales de cuándo y dónde serían reubicados los niños. Educación confirmó a este periódico que los niños serán trasladados al Blas Infante lo antes posible.
La presidenta del Ampa, Inmaculada Miranda, consideró "lógica" la elección por ser "el más grande de la zona" y valoró que "no han dejado a los niños sin escolarizar, la opción la están dando, otra cosa es que haya quien no quiera llevarlos allí".
No es su caso porque vive en el Polígono Norte y rechaza su mala "fama". En el extremo opuesto, Mari Carmen Jiménez fue rotunda: "Mi hija no va ahí", dijo, tras lamentar que no se plantee otra solución en el mismo centro como instalar unas caracolas en el patio. "Los llevan a donde nadie quiere ir, tiene hasta clases cerradas, por eso hay sitio", denunció.
A Elena Blanco tampoco le "hace gracia" pero la llevará porque "no hay otra opción y a ver qué pasa porque si son muchos los que se oponen, tendrán que tomar medidas".