El líder jornalero y ex alcalde de Badolatosa Juan Antonio Romero, más conocido en los años 80 como Comandante Romero, sufrió el pasado viernes un infarto y falleció camino del centro de urgencias de Estepa. Romero, que murió con 58 años, fue diputado del PCA en el primer Parlamento Andaluz (1982-1986), además de ser secretario general de CCOO del Campo, en cuyo cargo lideró la marcha en defensa de la reforma agraria.
"No se quejaba de nada, parecía que estaba muy bien y, la verdad, ha sido un golpe muy duro", se limitó a decir su hermano y actual alcalde de Badolatosa, Luis Romero (IU), cuando regresaba del Instituto Anatómico Forense de Sevilla, donde confirmaron que la muerte fue por un infarto, pese a que nunca había sufrido dolencia cardiaca alguna. Unas horas después, sobre las siete de la tarde, el cuerpo fue enterrado en su tierra natal, ante la presencia de sus familiares y de varios dirigentes políticos y sindicales de la provincia.
De padres jornaleros, Juan Antonio Romero se curtió en la cultura de campo como pastor de ovejas, arriero, trabajador agrícola y albañil. Fue autodidacta, según afirman sus compañeros. Su vida se encaminó desde muy pronto hacia las tesis del Partido Comunista, en el que se enroló durante el franquismo. Su ascenso fue progresivo: ya en la transición fue secretario de CCOO del Campo y, además, fue elegido diputado en el primer parlamento de la historia de Andalucía. Polémico y en ocasiones conflictivo incluso para sus compañeros, tuvo su momento más célebre cuando en 1983 encabezó una marcha que recorrió 1.300 kilómetros en 43 días para defender ante el Gobierno de Felipe González una reforma agraria de garantías para Andalucía. Por este viaje a Madrid se ganó el sobrenombre de comandante Romero.
Luego se pasaría a la política municipal. En 1987 se hizo con la Alcaldía de su pueblo, Badolatosa, donde gobernó cuatro años. Pero no fueron todo alegrías. Tras su periplo municipalista, el Comandante Romero se vio envuelto en un presunto fraude en las ayudas europeas al aceite, de las que se benefició de 1992 a 1995. Al final, y tras mucho embrollo judicial, quedó definitivamente absuelto de toda culpa hace poco más de un año. En ese tiempo, trabajó en un libro sobre el famoso bandolero del siglo XIX José María Hinojosa El Tempranillo, natural de Jauja (Córdoba) y escribió artículos de opinión en el periódico La República.