Economía

El comercio coloca la leche a precio de ganga

La continua depreciación de la leche ha desatado una irá común en los productores europeos. 0,5 y 0,6 euros (ni cien de las antiguas pesetas) por litro en las estanterías son precios que ya se habían olvidado, mientras que a los ganaderos se les paga hoy la mitad que los máximos de febrero de 2008.

el 16 sep 2009 / 05:57 h.

La continua depreciación de la leche ha desatado una irá común en los productores europeos. 0,5 y 0,6 euros (ni cien de las antiguas pesetas) por litro en las estanterías son precios que ya se habían olvidado, mientras que a los ganaderos se les paga hoy la mitad que los máximos de febrero de 2008.

Desde la pasada primavera, día sí y día también los ganaderos lácteos europeos se lanzan con sus tractores a las carreteras para denunciar la caída de los precios que soportan. Paradójicamente, hace sólo un año la Comisión Europea autorizaba un incremento de las cuotas para así contener el encarecimiento de un producto básico en la cesta de la compra y del que nuestro país es deficitario. Miren los lineales de los hipermercados. El litro de marca blanca ronda los 50 o 60 céntimos, tiempos ha que no se veían estas ofertas. En el campo se paga a la mitad, y aquí, a su vez, la cotización es también la mitad que en la primavera de 2008.

Aunque en todas las comunidades duele, la reivindicación, vía tractorada en el asfalto y cada vez con más virulencia, la protagonizan fundamentalmente en Galicia, que es la principal productora nacional de leche. En Andalucía, su consejera de Agricultura y Pesca, Clara Aguilera, reconoce los problemas, y apunta a que uno de los lastres del sector es la escasa organización de los ganaderos, y allí donde la hay, como en la cooperativa cordobesa Covap, obtienen mejores precios.

Al preguntar en las organizaciones agrarias, se explican cuatro razones para la difícil coyuntura que se atraviesa. En primer lugar, que la crisis económica ha frenado el crecimiento del consumo que se estaba dando en países emergentes como China y la India, que fueron precisamente los que tiraron de la demanda en las épocas de bonanza y los que dispararon los precios internacionales hasta convertirse la leche en uno de los productos más inflacionistas, como ocurrió en España. En segundo lugar, la presión a la baja ejercida por las cadenas de distribución comercial sobre las industrias lácteas y éstas, a su vez, sobre el ganadero. En tercer lugar, el trasiego de importaciones desde países excedentarios y el sempiterno problema de la llamada leche negra o fuera de cuota (el productor rebasa el límite que la ha asignado la Administración), y que irregularmente se saca al mercado con unos valores de ganga. Y, por último, la fuerte subida de los piensos.

UPA cifra en 0,4 euros el coste de producir leche en Andalucía, por encima del promedio nacional y europeo (cabe recordar su seca climatología). Vayamos a la estadísticas de precios en origen (en los mercados agrarios) de la Consejería de Agricultura. A principios de julio, ese mismo litro se pagaba a 0,33 euros en las principales áreas de recogida, Córdoba y Cádiz, con un abaratamiento que rondaba el 8% en tasa interanual. Pero en la primera de ellas, hasta 51,5 céntimos se abonaron en febrero del año pasado, y 46,85 en la segunda. Para el conjunto del Estado, la última cotización oficial, de mayo, hablaba de 29 céntimos.

A España se le otorgó por parte de Bruselas una cuota de producción anual de 6,24 millones de toneladas, frente a una demanda interna de nueve millones. Tradicionalmente, ese desfase se ha cubierto con compras a otros países comunitarios, sobre todo a los vecinos Francia y Portugal. En ocasiones, según denuncia UPA, se ha llegado a comercializar leche gala bajo etiqueta española, "y eso es un auténtico fraude al consumidor".

Según la asociación agraria que a nivel regional lidera Agustín Rodríguez, las explotaciones andaluzas de ganado vacuno lácteo pierden más de 3,5 millones de euros mensuales por esta ya larga crisis de precios.

Ante la presión de las cadenas comerciales (datos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino apuntan a que el 55% de toda la leche se comercializa con marca blanca, que normalmente es más barata que las referencias de los fabricantes tradicionales), la industria también juega sus cartas, pues reduce los precios de la leche generalista y obtiene el margen de beneficio con las funcionales o enriquecidas (por ejemplo, con calcio) y con los derivados lácteos (entre ellos, los batidos).

Cada vez que se desata una crisis láctea como la actual, todas las bocas pronuncian la palabra reestructuración, y ésta equivale a menos ganaderías y más cuota para cada una de ellas. Léase, más productividad y ahorro de costes.

¿Más reestructuración? A juicio de la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias (FAECA), el sector de Andalucía ha hecho ya buena parte de sus deberes, no así los de otras comunidades, y apunta directamente a la gallega.

De la cuota nacional asignada por Bruselas, casi 6,4 millones de toneladas, a la cabaña andaluza le corresponde algo menos de medio millón, que se distribuye entre 870 explotaciones ganaderas (26.200 en el conjunto del país), con media anual de 540.000 kilos. Este último dato, ¿es mucho o poco?

Si se tiene en cuenta que el promedio estatal son 232.000 kilos y que Galicia arroja 152.000, Asturias, 188.000, y Cantabria, 222.000, en las ganaderías andaluzas sí que han aprovechado la reestructuración que, con diversos planes del Gobierno, se iniciara hace una década. Eso sí, siempre cabe avanzar. En diez años, el campo andaluz ha perdido 273 ganaderías de vacuno lácteo, es decir, la cuarta parte de las que había en 1998. Y aún se debe ajustar más para ganar dimensión.

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