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El concurso de acreedores pone en peligro la burbuja de Mel

Pepe Mel intenta aislar a su plantilla de todo lo que sucede dentro y alrededor del Betis, pero el club ha pedido el concurso de acreedores y los futbolistas no están nada tranquilos.

el 22 oct 2010 / 22:05 h.

Pepe Mel, ayer en 'Aire de Sevilla'.
Pepe Mel ha conseguido que su Betis marche al frente de la clasificación en Segunda a pesar de que el club marcha al frente de la clasificación de problemas en el fútbol español. El técnico se encontró con el famoso auto de medidas cautelares de la jueza Mercedes Alaya a los pocos días de llegar a Heliópolis y desde entonces han sucedido mil acontecimientos extradeportivos, pero ninguno de ellos ha interferido en el trabajo del míster con su plantilla. Eso tampoco cambia en la semana en que el Betis nombra tres nuevos consejeros, los peritos de Hacienda declaran ante la magistrada y el club solicita el concurso de acreedores, pero para los futbolistas sí hay motivo de preocupación entre tanto movimiento en los despachos y los juzgados. De momento están aislados en la burbuja de Mel, pero la suspensión de pagos se dibuja en su futuro como una aguja capaz de deshinchar el globo.

En la terraza de los baños árabes Aire de Sevilla, con la Giralda de fondo, Mel analizó ayer todo lo que ocurre alrededor del Betis. Reconoció que "el ambiente no ayuda" e insistió en que "la temporada está siendo muy complicada", pero ya no quiso adentrarse más en ningún foco de polémica fuera de lo futbolístico. "Me quedo con lo que dijo Luis del Sol, el que más cordura ha puesto", dijo. El ex futbolista señaló a mediados de semana que no quería que la decisión de poner su nombre a la ciudad deportiva generase conflictos y recordó que lo importante es regresar a Primera. "Nosotros no podemos arreglar lo demás y debemos centrarnos en lo que sí podemos hacer, que es ganar al Salamanca. En lo demás, como no depende de mí, no pierdo un minuto", corroboró Mel, que fue muy claro cuando se le cuestionó por los nuevos consejeros: "No los conozco y no nos interesa mucho porque todo es un poco momentáneo. Los jugadores son los únicos que van a estar aquí hasta el 30 de junio seguro; los consejeros y el técnico no sabemos cuánto duraremos".

Mel hace bien en intentar aislar a la plantilla de la convulsión institucional, pero los jugadores son humanos y la espiral de problemas que acechan Heliópolis es demasiado grande para abstraerse de ella. El Betis presentó anteayer la solicitud para entrar en concurso de acreedores y los futbolistas vuelven a preguntarse qué ocurrirá con sus sueldos. Luis Oliver siempre les ha garantizado que sus fichas no correrán peligro y el acuerdo al que llegaron con el ex presidente José León incluso contemplaba que la deuda con los profesionales que ya pertenecían antes al club se quedaría al margen de la ley concursal. Pero el club solicita ahora el concurso de acreedores y los jugadores, como es normal, se sienten algo descolocados.

Si el juez de lo Mercantil aprueba la petición del Betis, nombrará tres administradores que supervisarán las cuentas del club: un abogado, un auditor y un administrador acreedor. Ellos negociarán el convenio con los acreedores bajo la fórmula conocida de quita (se elimina parte de las cantidades adeudadas) y espera (la deuda se paga a plazos, no inmediatamente). La entidad debe unos 10 millones a la plantilla y unos 35 a Hacienda. Los jugadores, como trabajadores que son, figurarán como acreedores preferenciales, por llamarlo de alguna manera. Pero mientras hay acuerdo o no, crece la incertidumbre. Y la indignación, al menos entre los clubes a los que el Betis debe dinero, como el Elche (Jorge Molina) o el Córdoba (Salva Sevilla).

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