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El conflicto se amplía sin que se vislumbre el final

La ofensiva militar de Israel en Gaza cumplió ayer su cuarta jornada con un aumento de la mortandad en ese territorio palestino sin que se vislumbre su final tras ampliarse el lunes sus efectos en suelo israelí. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 20:34 h.

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Alberto Masegosa

La ofensiva militar de Israel en Gaza cumplió ayer su cuarta jornada con un aumento de la mortandad en ese territorio palestino sin que se vislumbre su final tras ampliarse el lunes sus efectos en suelo israelí.

Antes de reanudarse la pasada madrugada los bombardeos en la franja -donde los ataques ya habían causado 380 muertos a la caída de la noche-, el recuento mortal se había incrementado poco aunque de manera significativa en el sur del Estado judío. La muerte de un hombre por un cohete ka- sam en la localidad de Nahal Oz y la de una mujer por un kat-yusha en la ciudad de Ashdod, elevaron en la noche del lunes a cuatro el número de vidas que el conflicto ha segado a este lado de la frontera. Desde que comenzara el conflicto el pasado sábado, Hamás ha lanzado contra Israel más de 200 cohetes.

Esas dos víctimas, un militar y una civil, no inciden de forma relevante en la desproporción cuantitativa que existe entre las registradas en uno y otro bando, que sigue siendo abismal. Pero la de Ashdod ensancha las coordenadas de la conflagración.

A 37 kilómetros de Gaza, esa ciudad israelí es la más lejana de la franja que ha sido alcanzada hasta ahora por los proyectiles de los grupos armados palestinos. Y su incorporación al escenario bélico acentúa el paralelismo entre la intervención militar del verano de 2006 en el Líbano y la actual en Gaza, aunque la primera tuviera como marco el norte y la segunda se desarrolle en el sur de Israel.

Como hace dos años y medio, el Estado judío arguye que actúa en defensa propia ante el ataque con cohetes contra su territorio; antes lanzados por el grupo chií libanés Hizbulá y ahora por los grupos armados palestinos liderados por movimiento islamista Hamás en la franja palestina.

También la amenaza que la operación proyecta sobre suelo israelí tiene parecido alcance a la de 2006: los katyuskas de Hizbulá llegaron hasta Nazaret y Haifa, a unos 40 kilómetros de El Líbano, una distancia semejante a la que separa Ashdod de Gaza. Y ambas intervenciones militares comparten el mismo objetivo: parar los ataques y desmantelar el poder del enemigo.

Al precio de la vida de 1.231 civiles -1.187 libaneses y 44 israelíes-, y de miles de combatientes de ambas partes, Israel logró en 34 días el primero de esos propósitos pero no el segundo en el país vecino, cuya región meridional sigue bajo control de Hizbulá. Queda por saber cuánto tardará en conseguir al menos igual resultado con Hamás en Gaza.

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