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El Consejo de Enfermería avisa de que ya hubo otro caso como el de Rayan

Mientras Rayan era sepultado ante unas 200 personas en la localidad de Mdiq, el gerente del hospital Gregorio Marañón, Antonio Barba, se convertía en el centro de todas las críticas por achacar directamente a las enfermeras el error médico que costó la vida al pequeño.

el 16 sep 2009 / 05:49 h.

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Mientras Rayan era sepultado ante unas 200 personas en la localidad de Mdiq, el gerente del hospital Gregorio Marañón, Antonio Barba, se convertía en el centro de todas las críticas por achacar directamente a las enfermeras el error médico que costó la vida al pequeño.

Las investigaciones sobre el caso siguen abiertas y diversos colectivos salieron en defensa de la enfermera apartada de la UCI de Neonatología por haber suministrado al bebé un preparado lácteo vía intravenosa y vincularon el siniestro con una serie de errores en cadena.

El presidente del Consejo General de Enfermería, Máximo González, anunció que estudia emprender acciones legales contra el gerente del Gregorio Marañón, por sus manifestaciones "inmorales" e "indecentes" sobre las circunstancias del suceso, y señaló que en las unidades de neonatos no debería haber personal sin cualificar, al tiempo que reconoció que este factor junto con un modelo de contratación inadecuada y la falta de supervisión pudieron influir en el error que mató a Rayan.

González aludió a otro caso "gemelo" sucedido en Canarias cuya sentencia, en 2005, dictó un año de prisión y tres de inhabilitación para el profesional implicado. "No es el primer caso de estas características que se produce en España", señaló, aunque admitió la excepcionalidad de éste por las circunstancias en las que murió la madre del niño, Dalila, primera víctima mortal de la gripe A en España. "Puede haber más accidentes y debemos analizar la situación para que no se produzcan", aseveró.

El Sindicato de Enfermería (SATSE) pidió una "contundente rectificación pública" al gerente del Marañón, ante las "desproporcionadas e injustas calificaciones" que hizo al informar de la muerte del bebé. Barba calificó lo sucedido en el hospital como un "terrorífico error profesional" cometido por una enfermera y el sindicato entiende que, con esa frase, "se ha sometido no sólo a una compañera, sino al conjunto de la profesión, a un linchamiento público injusto". SATSE exigió que, "antes de acusar a nadie o hablar de negligencia", se haga una investigación en la que se esclarezca lo sucedido, los responsables y las circunstancias que rodearon el siniestro.

Al margen de esta polémica se celebró ayer en Mdiq el funeral por el pequeño Rayan, que fue sepultado ante unas 200 personas. A la salida de la pequeña mezquita donde se celebraron las exequias, las mujeres ululaban y lloraban al niño mientras sus tíos y su padre cargaban con el féretro, al frente de la comitiva. Al llegar al cementerio, ellas se quedaron al margen y observaron la ceremonia desde la distancia, como dicta la tradición. Ya ante la tumba de Dalila, los hombres recitaron versos coránicos, dirigidos por un imán, y arrojaron tierra y ramas con hojas verdes en un rito que duró alrededor de quince minutos. La madre de Dalila, Aziza Ismaili, no acertaba a pronunciar palabra, ahogada por las lágrimas.

Durante la oración musulmana del mediodía, se velaron los restos del niño y el alcalde de Mdiq, Mohamed El Yacubi, leyó la carta que el rey Mohamed VI dirigió ayer a la familia.

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