Diego Tristán, el jugador que protagonizó uno de los grandes culebrones de la era Lopera sin tan siquiera haber debutado con el primer equipo, tenía previsto retornar hoy al Betis pero no para marcar goles, sino para enseñar a los jóvenes a hacerlo.
El exjugador de La Algaba, ya retirado, se iba a incorporar al organigrama técnico para entrenar a los delanteros de las categorías inferiores y de hecho se iba a estrenar esta mañana con los juveniles -"me hace muchísima ilusión, estoy muy orgulloso de que el Betis se haya acordado de mí", confesó ayer-, pero la operación necesitaba del visto bueno de los administradores concursales y el consejo de administración decidió frenarla ayer. Tristán iba a trabajar sólo dos horas a la semana y sin cobrar ni un euro. La llegada de Tristán se enmarcaba en un proyecto para la formación específica de los chavales según el puesto donde jueguen.
