I. Comesaña / J. Alonso
El Consistorio ha encarado con calma el envite del turno de noche de la Policía Local, después de que una veintena de agentes se diera de baja a la vez el jueves pasado, y ha citado el viernes a la Mesa de Negociación para dialogar. Será la hora de explicar su modelo policial.
Más de un año después de las elecciones, la concejal de Seguridad no ha aclado qué estructura quiere implantar. Una discreción que, con la reducción de efectivos del turno de noche -de 90 a 37 en pocos años-, ha levantado temores sobre la supuesta intención de modificar ese grupo, en el que trabajan de noche agentes voluntarios, la mayoría hace años.
El viernes será el momento de aclararlo. Ayer, sólo horas después de que el Sindicato de la Policía Local lo pidiera en un escrito, las áreas de Seguridad y Recursos Humanos convocaron una Mesa General de Negociación con el turno de noche como único punto de debate, una decisión alabada por UGT, que recordó que esa mesa, que incluye a todos los sindicatos, es el escenario adecuado para que el Ayuntamiento defina cuáles son sus planes y si quiere reformar esa unidad.
La Delegación de Seguridad sabe que es una situación delicada. La concejal Nieves Hernández ha dicho varias veces -como su antecesor, Francisco Fernández, y como el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín-, que cree que la Policía Local debe vigilar las ordenanzas municipales, incluidas las de tráfico. Y en concreto, liberarse de los asuntos de seguridad ciudadana, porque si hace unos años hacía falta que supliera la falta de policías nacionales, ya no es así. Pero eso no se ha plasmado en decisiones concretas, como una definición clara de qué debe hacer el turno de noche, que siempre se ha empleado más a fondo en estos delitos.
En paralelo se han creado nuevos grupos policiales, como el que brega contra la botellona, que también trabaja de noche. Pero tampoco se ha aclarado qué relación debería haber entre ellos, ni cómo se imbrican estas nuevas labores dentro de la Policía, a la que además llegó un nuevo jefe hace sólo tres meses.
El asunto es más global de lo que parece porque la decisión que se tome afectará a toda la plantilla: si al final se decide que deje de ser un turno fijo, como la concejal planteó hace tiempo a los sindicatos, supondrá que todos los agentes tendrán que trabajar de noche cuando les toque. Eso, después de negociar de nuevo el calendario laboral, porque el actual establece que de noche sólo trabajan los agentes que lo pidan voluntariamente.
Sabiendo que el tema conjuga intereses y puntos de vista muy distintos, Hernández ha optado por tender la mano y dialogar. Podría ser el empujón definitivo para cerrar la Relación de Puestos de Trabajo -RPT- que ya lleva un año negociando.
