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El Consistorio pagará 69 millones al año para sanear Tussam

El plan prevé reducir en 7 años 70 millones de deuda, basándose en la subida de la aportación municipal y hasta un 24% más de ingresos propios

el 27 feb 2012 / 17:48 h.

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El Ayuntamiento espera reducir en siete años los 70 millones de euros que arrastra la empresa municipal de transportes en deudas, con un desembolso de 69 millones de euros anuales.

El diagnóstico de Tussam con el que parte el plan de saneamiento aprobado ayer es contundente: la tarifa está entre las más bajas del país, hay una situación histórica de pérdidas, hay un déficit acumulado de 40 millones de euros, los pagos pendientes con proveedores alcanzan los 20 millones de euros, hay un endeudamiento que rebasa los 74 millones, y desde 2006 la sociedad encara cada cierre de año en causa de disolución que se salva con una aportación extraordinaria municipal. Con distintas cifras pero el mismo análisis que se viene realizando desde hace años. Con este punto de partida, el gobierno local puso ayer encima de la mesa su fórmula para lograr resolver este problema endémico.

Y en la solución se combinan los mismos factores que han estado hasta ahora encima de la mesa aunque con una planificación que alcanza los siete años. Transcurrido ese tiempo, la deuda ha debido quedarse en 4,3 millones de euros, se ha debido acabar con los números rojos.

¿Y cómo se consigue esto? El primer eje del plan de saneamiento pasa por la misma solución aplicada en Lipasam -criticada entonces por el PP- y por la misma receta que se ha llevado a cabo hasta ahora en Tussam: el Ayuntamiento pese a su crisis, y a la restricción de gasto tendrá que realizar un desembolso histórico para tratar de salvar a la empresa de transportes. La aportación municipal a la empresa de transportes alcanzará los 69,7 millones de euros en 2012 -en los presupuestos se recoge 66,7- y se deberá mantener este nivel de aportación municipal durante los próximos dos años, un 5% más que en 2011. No será hasta 2015 cuando disminuirán las transferencias a 65 millones de euros. Y hasta 2018 seguirán estando entre los índices más altos de aportación municipal, por encima de los 60 millones, precisamente cuando el presupuesto está más ajustado. Si se mantienen las cifras de 2012 y, difícilmente a corto plazo se van a recuperar los niveles anteriores, Tussam absorberá casi un 10% de las cuentas municipales.

Pero además de esta medida, que hipoteca las cuentas del Ayuntamiento durante los próximos años, Tussam plantea un ambicioso escenario según el cual en un plazo de siete años los ingresos propios, los procedentes de la venta de títulos de viaje, aumentan más de un 20% hasta pasar de los 53 millones de 2012 -que incluyen la aportación municipal en compensación por los títulos gratuitos y bonificados- a 64,5 en 2018. La única explicación que da la dirección de la empresa es una "continuidad de las actuaciones que se han puesto en marcha durante 2011 para una mejor calidad del servicio y un aumento del número de viajeros". Queda en el aire si esto implica una subida del precio de algunos títulos por encima del IPC.

Aunque de momento, y según lo señalado ayer por el alcalde, Juan Ignacio Zoido, la vía de actuación va en la línea de la promesa nunca cumplida por la anterior Corporación: ampliar la red de carriles bus. Se propone aumentar hasta 59,5 kilómetros una red insuficiente de vías. Aunque, eso sí, no hay presupuesto para hacerlo desde Tussam y en el Ayuntamiento las limitaciones son más que evidentes -sólo hay una partida imputada al área de Movilidad por un importe de 2,5 millones de euros en el que puede tener encaje esta iniciativa-.

Pero con esto se consigue un incremento progresivo de los ingresos insuficiente para cuadrar las cuentas de la empresa de transportes. El otro eje del plan son los recortes. El primero, en personal, cuya plantilla tendrá un recorte del 5%. Por otro lado, aunque de forma menos relevante, en los gastos de explotación. El Ayuntamiento apuesta por un plan presentado como cost killing, el mismo que se aplicó en el anterior mandato en Lipasam, y que debe dar como resultado que los gastos de explotación, incluido el carburante con una imprevisible evolución durante los próximos ejercicios, tengan una subida inferior al IPC, que de nuevo se calcula al margen de la evolución del mercado en los próximos años. Donde no hay duda es en las inversiones. No habrá en dos años. Hasta 2014 no se acometerá otro plan de renovación de la flota. A partir de ese año, se acometerá con 20 vehículos al comienzo y, posteriormente, con una adquisición media de 30 autobuses al año. Con esto, según consta en el plan de saneamiento se conseguiría que la edad media de la flota aunque aumente -con un envejecimiento que desde IU se alertó ayer de que podía deteriorar la calidad del servicio- no supere los siete años de vida. "Un mayor envejecimiento iría en perjuicio de la calidad del servicio e incrementaría los costes de mantenimiento del mismo", admite la dirección de Tussam.

Con estos ajustes, según consta en el plan de viabilidad se podría pasar de un déficit de casi 40 millones en 2011 a un balance positivo a partir de 2016. Además, se fija como objetivo bajar la deuda de 70 millones de euros a 12 al final del mandato, y a 4,3 en 2018; y recortar la deuda contraída con los proveedores que se acumula desde hace ya varios años hasta pasar de los 20 millones que alcanza en estos momentos a diez al finalizar el plan económico en 2016, o más bien en 2018, meta final del plan.

Hasta entonces, y al menos durante este mandato, la empresa se compromete a realizar un seguimiento del documento aprobado ayer, con el voto contrario de IU, con sesiones semestrales del consejo de administración dedicadas a evaluar el impacto de las medidas desarrolladas y si las cuentas de resultados se ajustan a las previsiones realizadas.

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