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El Consistorio quema ataúdes y ropas de difuntos al aire libre en el cementerio

Los ataúdes, la ropa y los fluidos corporales de los difuntos cuyos cuerpos han sido exhumados transcurridos cinco años desde su entierro son quemados en una hoguera que preparan varios días a la semana los operarios municipales. La práctica es habitual desde hace meses.

el 15 sep 2009 / 17:56 h.

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Los ataúdes, la ropa y los fluidos corporales de los difuntos cuyos cuerpos han sido exhumados transcurridos cinco años desde su entierro son quemados en una hoguera que preparan varios días a la semana los operarios municipales. La práctica es habitual desde hace meses. Pero el miércoles fue denunciada al Seprona y ayer fue censurada públicamente por el PP.

El Real Decreto 95/2001 que establece el Reglamento de Política Sanitaria y Mortuoria exige que los cementerios tengan un "horno para la destrucción de ropas y objetos que no sean restos humanos". En Sevilla hay uno, pero su funcionamiento ha sido muy deficiente en los últimos años, lo que ha convertido en una práctica habitual la quema de ataúdes en una hoguera que se organiza en la parte del camposanto más alejada de la entrada en una zona que se acota con setos. Estas actuaciones, además de su carga simbólica y afectiva para muchas personas, incumplen la ley y vierten un humo contaminante a la atmósfera. Así lo expresaron los delegados de Prevención de Riesgos Laborales de los sindicatos UGT, CCOO, SPPM-E y Sindicato de Bomberos en una denuncia realizada el pasado miércoles a la Sección de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, Seprona. Según explicaron fuentes sindicales, el olor llega a veces a las viviendas más próximas al cementerio y llena de cenizas las tumbas de los alrededores.

En la citada denuncia se explica cuál es el procedimiento que se sigue en estas actuaciones: "Desde hace años, los trabajadores del Ayuntamiento de Sevilla realizan quemas diarias al aire libre en horario de 8 a 11 de la mañana de restos de exhumaciones. Esta quema produce un vertido de humo contaminante a la atmósfera y un grave riesgo para la salud de las personas que visitan el cementerio y de los operarios (...) Este hecho ha sido denunciado reiteradas veces de forma verbal a los responsables de Recursos Humanos y Salud y Consumo del Ayuntamiento". En este documento se adjuntan dos fotografías de hogueras con restos tomadas el 24 de octubre de 2008 a las 11.34 horas.

El PP tuvo conocimiento de esta práctica hace unos días. Ayer, a primera hora de la mañana, la oposición se desplazó al cementerio y capturó imágenes de una de estas hogueras. Posteriormente, el edil Ignacio Flores censuró esta actuación públicamente y pidió explicaciones al Ayuntamiento: "El reglamento exige que estos restos se tienen que quemar en el horno y no al aire libre. No quiero ni pensar que en esta quema haya restos humanos. El alcalde debe aclarar qué es lo que está pasando y ofrecer una respuesta clara y contundente. Es inaudito e increíble que en la capital de Andalucía esté ocurriendo esto. Después nos quejamos de las fogatas que hacen los demás, pero es el Ayuntamiento el que las hace en el cementerio, jugando con los sentimientos de los ciudadanos".

Tras difundirse esta denuncia, el Ayuntamiento respondió a través de la Delegación de Salud y Consumo. Alegó que el horno crematorio -la instalación en la que reglamentariamente se realiza la quema- está averiado y que a esto responde la quema al aire libre. Fuentes de este área subrayaron que se han dado instrucciones de que se frene esta actuación. Además, se ha tomado la decisión de detener las exhumaciones. Al día se realizan una docena. Se extraen los cuerpos, una vez transcurridos cinco años desde su entierro, y se avisa a los familiares. Éstos presencian cómo se guardan los restos humanos o se incineran en el horno crematorio -argumento que emplea el Ayuntamiento para garantizar que, pese a la insinuación del PP, no arden restos de difuntos-. El problema llega con los ataúdes, que incluyen restos orgánicos y textiles.

Pese a la explicación del equipo de Gobierno, el horno en el que se queman los ataúdes lleva varios meses con problemas de funcionamiento. No es nuevo. El 4 de febrero de 2008, UGT realizó una comunicación oficial para reclamar medidas ante los problemas con los restos de las exhumaciones. El 16 de abril de 2008, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales emitió un informe tras realizar una visita al horno en la que estuvieron presentes representantes del área de Salud. En este documento se subraya que "es obligatorio tener un horno incinerador de residuos".

La instalación existente debe ser reformada e incluso sustituida dados sus problemas de funcionamiento, según admitieron fuentes del área de Consumo. El problema es el coste de esta actuación, solicitada desde hace meses por los representantes sindicales. Hasta que no se pueda asumir esta inversión, la decisión municipal es frenar las exhumaciones de los cuerpos de difuntos.

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