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El Consistorio refuerza la seguridad del cementerio para frenar los robos

El alcalde anuncia un nuevo contrato de vigilancia ante el repunte de denuncias desde este verano.

el 18 sep 2012 / 13:05 h.

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Los ladrones arrancan de cuajo las efigies de Jesús, María y los santos que embellecen las lápidas.

El Ayuntamiento de Sevilla reforzará la vigilancia en el cementerio de San Fernando para poner freno a la oleada de robos y destrozos en lápidas que está asolando el camposanto sevillano desde hace un par de meses.

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, anunció ayer que se ha adjudicado un nuevo contrato para mejorar las condiciones de seguridad del recinto después de que hayan aumentado las sustracciones de algunso complementos de valor en los nichos durante los meses de verano, lo que ha dado lugar a numerosas denuncias ante la Policía Nacional y Local, tal y como adelantó ayer este periódico.

El primer edil hispalense aclaró que el Ayuntamiento tenía "constancia" de que se ha producido un incremento de los robos en el mes de agosto, por lo que se ha decidido adjudicar un nuevo contrato de seguridad para reforzar la vigilancia de ñas instalaciones, "además de combatir el vandalismo y los robos". "La mejor manera de hacerlo es reforzar la seguridad para que todo esto no vuelva a suceder", sentenció.

Se cuentan por decenas las tumbas que han sido esquilmadas por los amigos de lo ajeno o han sufrido daños irreparables como consecuencia de la acción de los ladrones. Incluso en algunas de las lápidas se han llevado las letras en bronce que componían la esquela del finado. Los ladrones buscan entre las tumbas elementos ornamentales de bronce, cobre y hierro que luego puedan vender a chatarrerías para su fundición, caso de caso de los jarrones de bronce y las efigies de Jesús, la Virgen María y otros santos que embellecen los nichos, unos complementos cuyo valor de venta al público oscila entre los 50 y lso 80 euros.

Son varios los usuarios, visitantes asiduos del cementerio, que han observado en alguna ocasión a menores de edad saltándose el murete más cercano al asentamiento chabolista de El Vacie para luego perderse corriendo entre las tumbas. La ola de robos de este verano no sólo ha afectado a nichos y lápidas. Días atrás unos desconocidos irrumpían en la garita de acceso al cementerio por el barrio de San Jerónimo para, después de romper un cristal de seguridad, apropiarse de una decena de escaleras de aluminio, apiladas para allí el uso del público, y un televisor.

El cementerio no responde de las sustracciones o daños causados en las lápidas por la acción de los ladrones, sino que simplemente se limita a notificar los partes a los familiares afectados. "Los enterramientos son concesiones a particulares y es a ellos a los que corresponde su ciudado".

Desde el sector de las funerarias aseguran que esta "moda" de robar en los cementerios un recinto que se tenía por sagrado, es algo inusual, de ahí que no sea ofrecer pólizas de seguro para asegurar los nichos contra posibles sustracciones o destrozos. "Es my doloroso que alguien toque una lápida. No es un problema de seguros, sino de sentimientos". Para erradicar de raíz estos robos, sugieren, habría que perseguir no tanto a los autores sino a los compradores de chatarra. "Sería la forma de acabar con el mercado".
La "moda" de robar en los cementerios ha afectado ya a camposantos como el de La Algaba o Castilleja de la Cuesta.

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