Por la Sala San Hermenegildo, una joyita enclavada en un lugar inmejorable, pugnan dos postores. Mientras se resuelve, y ya se está tardando porque hay un pulso soterrado entre Cultura y Fiestas Mayores, se ha decidido afrontar ya una obra que urge.
Dos sensibilidades distintas y un espacio céntrico, histórico y que asegura un éxito de público para cualquier actividad que se programe: a estas señas responde la Sala San Hermenegildo, en la plaza de la Concordia. Sólo que el edificio, adscrito a la Delegación de Cultura, precisa de una rehabilitación de su cúpula que le permita reabrir sus puertas sin peligro para los visitantes.
Hace tres años, en mayo de 2006, su mal estado obligó a cerrar el lugar, lo que coincidió con el final del acuerdo de colaboración que Cultura mantenía con CajaSur, en virtud del cual se programaban al año varias exposiciones, unas más afortunadas que otras pero todas con un público que para sí quisieran muchos museos de la ciudad. Desde entonces, Cultura ha estado meditando qué hacer con el edificio.
Y así hasta ahora. Lo único que se tiene claro es que este año se licitará la obra para resanar su cubierta, un proceso complejo, como avanza el delegado que la pagará, Joaquín Díaz, de Edificios Municipales.
"Una vez se apruebe, en días, el presupuesto del Ayuntamiento para este año, licitaremos las obras. Hay una partida, pequeña pero la hay, para este año, y otra mayor para 2010, donde se concentrará el grueso del trabajo", admite. El proyecto está redactado desde septiembre de 2007 y cuesta ejecutarlo 1,6 millones de euros y 16 meses. Edificios Municipales adelantará el dinero, pero confía en que se decida pronto el uso presente y futuro de la sala, porque la idea es que "la entidad que ingrese en ella pague una parte de la rehabilitación en función de su cuota de uso", aclara Díaz.
Sobre la mesa sigue habiendo dos opciones, aunque quizás Cultura no descarte del todo resucitar el espacio como Casa de los Poetas ahora que la opción del convento de Santa Clara se ha desechado sin una explicación clara. En San Hermenegildo ha pedido montar sus exposiciones el Parlamento -en su sede natural la gente halla demasiados impedimentos para entrar por seguridad y no les luce lo que promueven-; y el Consejo de Cofradías instalarse en ella ante las estrecheces de su sede.
Montaño es proclive al Parlamento, y Prieto-Castro al Consejo. Lo llevan haciendo internamente, y el asunto se ha enconado. Antes de Navidad se iba a resolver y estamos en marzo. Al menos sí hay algo claro: las obras arrancarán este año.
