Economía

«El consumidor es más exigente y reclama por menos dinero»

El presidente de la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA-UCE), Juan Moreno, carga contra las subidas en los servicios básicos y contra el alza del IVA, que «afecta a todos los ciudadanos por igual»

el 09 ene 2011 / 20:43 h.

Juan Moreno, presidente de UCA-UCE, en las oficinas de la asociación, en la Plaza del Duque de la capital hispalense.

-De todos es conocida su postura sobre el alza de la luz. ¿Qué es lo que más le preocupa de las decisiones que está tomando últimamente el Gobierno?

-La falta de sensibilidad por parte de los que toman las decisiones, porque en sociedades como la nuestra están pensando más en los intereses del mercado que en los ciudadanos, y eso que hay cosas, como el alza de la luz, que se pueden poner en cuestión. Y es que esta subida se basa en el déficit tarifario, un asunto que se han inventado las eléctricas y que no permite la participación más mínima de los consumidores. Sin embargo, hay instituciones con mucho peso, como la Comisión Nacional de la Energía o la de la Competencia, que aseguran que los precios están hinchados. Frente a esta imparable dinámica de subidas por parte del Gobierno debería haber también más sensibilidad y vigilancia.

-Ante esta situación, y en un contexto de crisis, ¿qué debe hacer el consumidor?

-El entorno actual pide un consumo más inteligente y más racional. Hemos vivido una auténtica catarsis en el consumo, ya que hemos pasado de una fase disparatada a otra en la que el consumo está más restringido debido a la pérdida del empleo o de recursos económicos. En estos momentos, hay que pedir inteligencia, porque poco más se puede hacer. Muchos optan por el ahorro y los que no pueden intentan aligerar el coste de los servicios. Lo malo es que los que están subiendo en los últimos tiempos son los básicos, donde es muy difícil recortar.

-Pues el ministro dice que el alza de la luz es poco más que un café al mes...

-Estas declaraciones nos parecen auténticamente inoportunas, sobre todo por venir de boca de quien viene. El ciudadano paga los costes de la extracción del carbón, la moratoria nuclear y el fomento de las energías renovables, y eso cuando aún no se ha afrontado el futuro energético del país. De hecho, las tarifas se revisan cada tres o cuatro meses y no hay horizonte de que bajen. Otra cosa que debería preocuparle al ministro es su defensa de la liberalización del sector energético, una cuestión por la que se le dio a las eléctricas muchísimos millones de euros para activar la competencia, aumentar la calidad y abaratar los costes, unas expectativas que no se han cumplido. Pocos son los consumidores que han decidido abandonar la TUR, porque la oferta del mercado no le aporta nada nuevo. La competencia sólo es real entre grandes consumidores, pero no en el de nivel medio, que está receloso con las eléctricas, con la labor de vigilancia y con el papel del Gobierno.

-¿Qué otros sectores preocupan en estos momentos?

-El de la alimentación. Los precios llegan de origen a destino con un incremento del 400% y el 500%, e incluso en algunos casos con más del 1.000%. Otro sector sensible es el financiero, que no está a la altura de las economías domésticas, ya que no da créditos y hay un incremento imparable en las comisiones. No somos conscientes muchas veces de lo que nos cobran.

-¿Cuáles son los sectores que concentran un mayor número de quejas con la crisis?

-El de suministro de carácter básico. El sector eléctrico aglutina muchas reclamaciones así como el de las telecomunicaciones. Antes las quejas eran por la telefonía básica, pero ahora llegan por el ADSL, el móvil o la televisión 24 horas. Es un sector muy conflictivo. Está subiendo, además, el número de reclamaciones por reparaciones en el hogar, ya que, debido al paro, está creciendo el intrusismo en profesiones como la de fontanero o antenistas. Muchas veces las personas no están cualificadas y además no dan factura. El consumidor se ahorra el IVA, pero a la larga le puede salir caro.

-¿Y la vivienda?

-El mercado está mucho más parado y preocupa el retraso en las entregas de viviendas y los cierres patronales que dejan a la gente sin dinero y sin casa. Hay que hacer algo en política de vivienda, falta imaginación para poner en relación el stock del mercado y los que tienen dificultades para tener un techo. La Junta ha desarrollado iniciativas, pero no parecen cuajar.

-¿Es el consumidor ahora más exigente?

-Es más sensible y reclama por cantidades menores. Cuando el dinero escasea, hay que defender cada euro, y eso es bueno. No estamos en buen momento para que nadie abuse de nuestro bolsillo. Antes las reclamaciones venían por la vivienda, el coche, por reparaciones... desembolsos grandes. Ahora se reclama lo pequeño, lo que muestra la sensibilidad que hay. Muchas veces las quejas por una compra en una tienda de todo a un euro nos ayudan a destapar fraudes mayores.

«En los momentos de crisis crece la picaresca»

-¿Qué ha supuesto el alza del IVA para el bolsillo de los consumidores?

-Estuvimos radicalmente en contra, porque no estamos de acuerdo con la tributación indirecta, ya que afecta de igual modo al que está parado y al que no. Si hay que recaudar más, ha de hacerse a través de la tributación directa y revisando errores cometidos, como la supresión del Impuesto de Patrimonio. Cada uno tiene que contribuir de acuerdo con sus posibilidades, lo demás es injusto. Esa medida fue un mazazo al consumo.

-¿Hay miedo al consumo?

-En España están los que no pueden consumir y los que tienen miedo de hacerlo. El que tiene trabajo cuenta con entornos familiares que pueden tener problemas, y no sabe si tendrá que salir al rescate de un hermano o un hijo.

-¿Se volverá a las pautas de los años de bonanza?

-Algunos analistas dicen que el cambio de siglo se está viviendo ahora, que es cuando se está dando la quiebra del modelo. Nada va a volver a ser igual. Desde el punto de vista medioambiental no se va a poder crecer desaforadamente y el empuje de las economías emergentes nos lleva a pensar que será difícil mantener los niveles de consumo previos a la crisis. Se puede retomar el consumo, pero desde UCA-UCE no alentamos a que se haga de forma tan desproporcionada, sino de manera inteligente. Hay que apelar además a la responsabilidad, y eso pasa por optar por la mejor oferta. Hay que mantener un compromiso de sostenibilidad y de solidaridad.

-¿Con la crisis surge?

-Crece la picaresca. No es gratuito que se vendan aceites de una calidad inferior a la que tienen marcada o que haya fraudes en el ibérico. El consumidor es el eslabón más débil del mercado, por ello necesita que lo defiendan y que la gestión sea más eficaz. Las Administraciones deben estar a la altura, porque son momentos de mucha tensión. Además, detectamos mucha más publicidad engañosa.

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