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El coro de Julio Pardo cantará a la Esperanza de Triana en Pureza

El corista gaditano le ha compuesto una marcha a la dolorosa llamada Pureza Marinera, que será estrenada en el pasacalles de la banda.

el 21 mar 2013 / 23:59 h.

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La potencia de voz de los 43 componentes del coro gaditano de Julio Pardo resonará con fuerza esta Madrugá en la calle Pureza. Ataviados de traje oscuro, los integrantes del coro acompañarán a la Banda de música de Santa Ana de Dos Hermanas para cantarle a la Esperanza de Triana a su salida del templo la parte coral de la marcha Encarnación Coronada, aunque con ciertos arreglos “de corte muy lírico”. Previamente, el coro acompañará a la banda en su pasacalles desde el Altozano hasta las puertas de la capilla de los Marineros, donde se estrenará la marcha Pureza Marinera, compuesta por el propio Julio Pardo para la Esperanza de Triana y que, de igual modo, contiene una parte coral que será cantada por sus integrantes en el que será su debú en la Semana Santa sevillana. Aparte de sus composiciones en el carnaval gaditano, Julio Pardo ha realizado diversas marchas de Semana Santa en los últimos años. “La dedicada a la Esperanza de Triana es la número 17 que he compuesto entre marchas para banda de música, para agrupación y capillas musicales”, explicó a este periódico el propio corista gaditano. “De entre todas ellas, la que más suena y, a su vez, es la más emblemática es Que suenen las horquillas, alusiva a la forma de llevar los pasos en Cádiz”. Pardo describe Pureza Marinera como “una marcha muy del estilo” de las que cuenta en su repertorio la dolorosa de la calle Pureza, aunque “sin llegar a la altura de las grandes composiciones que la Virgen tiene dedicadas. La marcha del corista gaditano a la Esperanza cuenta también con un fragmento coral que “habla de la devoción que tenemos a la Virgen y de lo que el barrio llora su marcha cuando en la Madrugá la ve perderse por el Altozano” y que comienza así: “Salve, Reina Marinera/ la que llena todo de Esperanza...”. Pocos conocen que Julio Pardo vivió durante tres años en la calle Pureza en los años ochenta mientras su mujer, muy devota de la Virgen trianera, completaba su formación como médica interina residente.

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