Este coro de campanilleros que lleva el nombre de la Patrona de Los Palacios y Villafranca se fundó hace más de tres décadas, en los albores de la democracia. Con él se reinauguró en los 70 la tradición misma de estos cantantes por las calles, que se había extinguido en los últimos años del tardofranquismo. Desde entonces, no faltan en las fiestas navideñas a sus citas callejeras. Siempre estuvo compuesto sólo por hombres, de voz recia y vestuario discretísimo. Nunca se disfrazaron de pastorcitos ni de folclóricos navideños, porque a sus más de 30 miembros les bastó siempre ir de paisano y llevar los instrumentos de andar por casa: el cántaro, los cascabeles, la pandereta, las campanillas, las esquilas, los palillos y la botella de aguardiente. Con el tiempo, se hicieron más sofisticados y hoy tienen guitarras, laúdes y bandurrias.
Y por encima de esa apariencia austera, la labor arqueológica de estos campanilleros es memorable: con los beneficios de su primera grabación, restauraron el órgano dieciochesco de la parroquia de Santa María la Blanca. En el resto de discos de estos más de 30 años rescataron el aire palaciego de los cánticos tradicionales para volverlos a dejar en el aire merced al título que encabeza cada grabación: Villancicos en el aire, con el añadido romano de VIII en esta última ocasión. El repertorio en CD será presentado la noche del sábado en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, cuyo párroco, por cierto, Luis Merello Govantes, es un campanillero más.
En su labor de rescate de letras que datan de principios de siglo, los miembros del coro de campanilleros, y especialmente su director, José María Pérez, han preguntado incansablemente a los viejos del lugar, en los asilos, en las hermandades del municipio... para dar con composiciones como éstas: "Cuatrocientos cincuenta escalones / tiene la escalera que vamos a subir. / Y en el centro tiene cuatro rosas / y cuatro claveles formando un jardín".
Después de ganar los principales premios de coros de campanilleros provinciales y regionales, entre los que destaca el organizado por el Ayuntamiento de Sevilla en 1999, el Coro del Cura, como también es conocido en el pueblo, decidió dejar de participar en estos concursos "para dar paso a otros", según sus responsables. Sus intereses, más allá de la sana competencia, giran más en torno al rescate de las canciones que estuvieron a punto de desaparecer para siempre. Por eso no faltan a sus tres recitales en el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla.
En la cita del sábado estarán los otros coros de campanilleros: Vera Cruz, Jerusalén, Santa María de Bucaret, Virgen de Nazaret y Nuestra Señora de la Aurora. En total, varios centenares de cantantes listos para salir a la calle.
