La tradicional procesión del Corpus Christi, unas de las festividades litúrgicas más importantes de Sevilla, ha recuperado hoy su recorrido habitual gracias a la finalización de las obras de la Iglesia Colegial del Salvador, que provocaron que el trayecto fuese modificado durante cinco años.
En un enclave novedoso, pues es la primera vez existen las farolas fernandinas de la Avenida de la Constitución, la procesión, formada por casi tres mil representantes de hermandades religiosas, asociaciones y congregaciones de fieles, ha recorrido las calles del centro por las que tradicionalmente discurría.
La Plaza de San Francisco se engalanó como es costumbre con flores y con el altar dedicado a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, patrona de la corporación Hispalense, y que se encontraba flanqueada por las portadas efímeras puestas al efecto que reproducen la fachada de la iglesia de la Carretería con motivo de su 250 aniversario.
El cortejo ha paseado por la Avenida de la Constitución, las calles Cerrajería, Sierpes y Francos o la Plaza del Salvador sobre un manto de romero y juncia como marca la tradición, desde las 8.30 de la mañana, hora en que el Arzobispo ha oficiado la misa en la catedral, en la que han bailado los niños seises ataviados con trajes centenarios de color rojo y blanco y sus vistosos sombreros.
La Custodia ha salido de la Catedral a las 10.30 horas, puntualmente, hecho que ha coincidido con la llegada de los primeros miembros del cortejo al templo catedralicio.
A lo largo del recorrido oficial se han instalado unas 6.000 sillas, que se pusieron a la venta ayer por la tarde y esta mañana a razón de 6 euros cada una aproximadamente, aunque son casi 400 menos que las que se han puesto años anteriores debido a la falta de demanda.
Este año el tiempo ha acompañado a la procesión, ya que ha brillado el sol y la temperatura ha superado los 20 grados.
Desde ayer, miércoles, las calles que acogen al cortejo se han engalanado y ha habido numerosos participantes de los concursos de altares, balcones y escaparates.
La procesión la han encabezado los niños carráncanos, seguidos del paso de las Santas Justa y Rufina, patronas de la ciudad y cuya imaginería data del siglo XVIII; el segundo de los pasos es el de San Isidoro, seguida de la de San Leandro y la imagen de San Fernando, patrón de Sevilla.
El cortejo continuó con el discurrir del paso de la Inmaculada Concepción, seguida del paso del Niño Jesús, talla de Martínez Montañés, y la Santa Espina, más conocido como la Custodia Chica.
La Custodia grande, que tiene un peso de 300 kilos es obra de Juan de Arfe que la labró en plata en el siglo XVI y a su paso provocó el silencio y la genuflexión de los presentes.
Como es habitual, la corporación municipal, presidida por el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y acompañada de la banda municipal y de un grupo de policías municipales en traje de gala, se desplazó a primera hora desde el Ayuntamiento hasta la catedral para asistir a la misa.
