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El corral del cura

La idea de convertir en teatro el Corral del Cura en la Cava ha sacado a la luz un lugar emblemático en el caserío de la Triana vieja que aun pervive por debajo de ésta que ya parece casi nada. La casa de vecindad puede que sea la misma que pertenecía...

el 16 sep 2009 / 05:17 h.

La idea de convertir en teatro el Corral del Cura en la Cava ha sacado a la luz un lugar emblemático en el caserío de la Triana vieja que aun pervive por debajo de ésta que ya parece casi nada. La casa de vecindad puede que sea la misma que pertenecía en el siglo XVIII al canónigo Pineda, seguramente de la familia que puso su capilla de trazas mudéjares en el Patio de los Naranjos de la iglesia de El Salvador. Ana Gloria Márquez Redondo, en Sevilla ciudad y corte, cuenta que en él fue alojado el regimiento de una de las tres guardias reales que trajo consigo Felipe V, pero eso no es nada comparado con la cantidad de gente que dice haber nacido en ese lugar.

El Corral del Cura sería por tanto como la clase de Felipe González, que tuvo, por lo menos, mil alumnos, saltándose a la torera todas las ratios, como hacen los colegios concertados. Eso suele pasar con los mundos perdidos, habitados antiguamente por reyes anarquistas con corte, fuente de inspiración para autores, raíces de músicos como Gualberto, refugio de torerillos belmontianos, dédalo del arte hasta Triana. Pura pero de los vecinos reales quedan sólo tres y, seguramente, porque no han podido irse a otra parte. Ahora la compañía Viento del Sur ha decidido hacer allí teatro.

Bien está porque un cometido así debería haber sido obvio para algunos de los que quedaron vacíos, pero sin pasarse. La idea de disfrazar de figurantes a las mujeres que quedan me desasosiega porque el Corral del Cura no es el mesón de cartón-piedra de Isla Mágica. Esa idea, tan normal en un parque temático, me ha traído a la cabeza al Rey de Harlem, de García Lorca, travestido con un traje de cocodrilo verde. He sentido la angustia incomparable de los reyes y las reinas, prisioneros en trajes de conserje.

Antonio Zoido es escritor e historiador.

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