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El correo del Sáhara

Tras la despedida de los niños saharauis, la pareja de Sevilla que ideó el servicio postal entre España y los campamentos del desierto confirma el éxito de aquella idea: una tonelada al mes.

el 20 ago 2010 / 20:17 h.

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La situación lo estaba pidiendo a gritos desde hacía años, pero la idea es tan genial que hasta 2008 no hubo quien tuviera valor de arriesgarse a sacarla adelante: crear un servicio postal privado entre los campamentos de refugiados saharauis de Argelia y las familias españolas que, en número de ocho mil (suelen ser más: este año ha estado más cortito por la crisis), acogen cada verano a sus hijos de entre 7 y 12 años. ¿Cabía esperar que funcionase? Ayer, dos años después, la sevillana de Pío XII Estrella Pineda contaba cómo esa locura suya y de su pareja, el saharaui Lalou Hadi Mohamed, muestra la suficiente vitalidad como para ser no sólo una prestación solidaria, sino también un medio de vida. A cuatro euros el kilo, ellos llevan y entregan en mano los paquetes. Y para que no haya dudas, a la vuelta se facilita a los clientes una fotografía del momento de la recogida del envío. "Ahora mandamos alrededor de una tonelada cada mes. Y en Navidades, mucho más. Hacemos varios viajes."  

El resultado de este exitazo empresarial es que la pareja apenas se ve: Estrella gestiona el centro de recepción de paquetes, que está en su hogar familiar del citado barrio, mientras que Lalou hace los portes. Una vez al mes llena su furgoneta, enfila hacia Alicante, allí embarca con ella hacia Argel y, por fin, se dirige por carretera hacia los distintos campamentos repartidos al sur de la ciudad de Tinduf, donde reparte su carga. Esta tarea no es exactamente como la del motorista de Correos: como la entrega se hace en mano a la persona indicada, "a veces tiene que esperar allí varios días hasta que esa persona aparece", dice Estrella. Son viajes de muchos días que también permiten el que los saharauis, a su vez, entreguen correspondencia para los españoles. Teniendo en cuenta que sólo de Sevilla han salido en los tres últimos días alrededor de 15.000 kilos en forma de cajas para los campamentos, la actividad parece asegurada.

En ello han influido de forma determinante dos factores: uno, la práctica ausencia de trabas por parte de la aduana argelina ("No sabíamos si nos iban a dejar", comenta ella); y, casi tan importante como el anterior, el que la inevitable occidentalización de los niños saharauis, por contacto con sus benefactores españoles en una tierra de abundancia, los esté llevando a pedirles a estos "algunos caprichos" que echan de menos en el desierto: chocolate, ciertos juguetes, DVDs, turrón... Teniendo en cuenta que la calidad media de los productos que se pueden adquirir en los mercados de los campamentos es lamentable (tabletas de cacao con un 80% de grasa vegetal, sin ir más lejos), amén de escasa, las familias españolas aprovechan esta oportunidad para mandar a sus afectos del Sáhara otros muchos productos que consideren necesarios u oportunos: medicinas, alimentos y ropa, sobre todo). De hecho, los envíos suelen pesar de media unos cuatro kilos, aunque les han llegado a encargar portes de hasta cuarenta. También en muchos casos, lo que se les remite es material que el chiquillo se haya dejado en España por exceder el peso permitido del equipaje o por no haber podido obtenerlo a tiempo. Pero este servicio postal sevillano atiende a todos los rincones de España, y no sólo a particulares: asociaciones solidarias también les han llegado a encomendar en transporte de material escolar y de otro tipo, llegada la ocasión.

"Aquello es un mundo tan diferente que habría que invertir en él", confiesa Estrella, sin que a su tono aflore el menor interés comercial, sino humanitario. "Hay mucho que hacer." Y tanto. Son campamentos que viven de la solidaridad internacional, que no producen nada y cuya única fuente de riqueza son los hijos que envían al extranjero en verano. Al cabo de los dos meses, estos regresan bien nutridos, con el examen médico pasado, con dinero y una gran caja de productos básicos para la familia. Teniendo en cuenta que un trabajador saharaui puede cobrar al mes en los campamentos el equivalente a unos 20 euros, los viajes de sus hijos a España son, para las economías familiares del lugar, de vital importancia. A Lalou y a Estrella les cuesta cada viaje 1.500 euros de los 4.000 que ganan. Y no les falta trabajo.

De utilidad:

Qué: Transportes Estrella, servicio postal privado entre España y los campamentos de refugiados del pueblo saharaui en el exilio.

Dónde: Ronda de Pío XII, 22. Teléfonos 954 640227 y 667 041772.

Cuándo: Los envíos se hacen una vez al mes, o más si es en Navidades. También se puede reservar con cierta antelación.

Cuánto: A 4 euros el kilo, sin límite de peso.

Más: También aceptan envíos para los internados de estudiantes saharauis en Argelia. 

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