Antonio Zurita.
-¿Qué es la Iniciativa ART (Articulación de Redes Territoriales)?-ART es una iniciativa del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que nació en 2005 para el fomento de una cooperación que promueva el papel protagonista de los territorios, el desarrollo humano local.
-¿Cómo se articula? Porque ART lo que pretende es exportar conocimientos y experiencias.
-Sí, promueve la articulación de los actores de la cooperación descentralizada que, además de ser donantes, pueden transmitir su saber hacer. Más allá del recurso económico, hay algo que tiene más valor: la transmisión de las experiencias concretas, como la gestión del abastecimiento de agua, la recogida de residuos, el fomento de la participación ciudadana, la formación para el empleo...
-¿Qué buscan de Sevilla los países en vías de desarrollo?
-Esta oficina es la puerta para conectar el territorio español a los que buscan conocer experiencias concretas de desarrollo local: cómo se han puesto en marcha viveros de empresas, la experiencia de las mancomunidades de municipios, cuáles son los programas de formación ocupacional para nuevos yacimientos de empleo...
-¿Les interesa el sistema autonómico español?
-Sí, y Andalucía llama mucho la atención para los países receptores de ayuda al desarrollo porque en los últimos 30 años ha vivido un cambio vertiginoso. Ha pasado de ser un territorio reconocido como deprimido, con índices de pobreza importantes, a uno de los más innovadores de la UE. Ésa estructura está próxima a los países que ahora reciben ayuda y por eso quieren conocer la experiencia andaluza al detalle.
-Se habla de fragmentación en la cooperación. ¿Estamos ante un nuevo modelo?
-ART quiere ser una herramienta del llamado nuevo multilateralismo activo, identificado en la declaración de Objetivos de Desarrollo del Milenio , que este año cumple 10 años. La fragmentación en la cooperación internacional es muy evidente. La voluntad de cooperar ha generado múltiples iniciativas desde múltiples gobiernos locales, asociaciones, ONG... pero se ha hecho de forma aleatoria...
-¿A qué se refiere?
-Voluntaria o involuntariamente ha sustituido la participación local con una actitud muy paternalista y la cooperación ha aterrizado en esos países y territorios marcando la agenda de la ayuda, sin partir de las prioridades de un territorio, que es quien debe definir qué es lo que necesita. Esto se puede corregir centralizando los recursos, que sean gestionados por una estructura local, o mediante la coordinación, que permite valorar la heterogeneidad de cada uno de los actores cogiendo de cada uno lo mejor.
-¿Ésta es la aportación de la Iniciativa ART?
-Nuestra aportación es ser un instrumento que permita concretar este reto procurando que ayuntamientos, diputaciones, ONG, gobiernos, universidades, empresas... sean un complemento a los planes estratégicos de los territorios. Imaginemos que la UE, que ha sido el donante para Andalucía, propusiese hace 15 años programas de desarrollo local integrado y que los ejecutase una ONG alemana o un instituto sueco. Eso es inconcebible. Si el modelo que hemos vivido es acertado para Andalucía, ¿por qué no lo aceptamos para la cooperación internacional?
-Dicen que la ONU tiene que cambiar. ¿A qué se refieren?
-Al hablar de la reforma de la ONU, de los organismos internacionales, estamos hablando de un reclamo mundial para hacer más democráticos, más participativos estos instrumentos que son necesarios para que el mundo sea realmente multilateral. Que no volvamos a vivir un mundo bilateral, con dos grandes potencias que funcionan como polos en la gestión del mundo. No sólo los gobiernos deben tener peso y voz sino también la sociedad civil organizada.
-¿Queda mucho para alcanzar los Objetivos del Milenio?
-Estamos en un momento crítico. Con los datos en la mano, soy pesimista histórico, pero este pesimismo hay que acompañarlo de un optimismo vital. Después de una crisis aparece una oportunidad y en este momento deben aparecer nuevas ideas, nuevas metas, que permitan alcanzar los Objetivos del Milenio, que impongan los derechos humanos, vías para salvar al planeta... No soy catastrofista, pero hay que prestar atención a las señales de peligro.