La próxima Semana Santa, la hermandad utrerana del Santo Crucifijo de los Milagros volverá a ser de nuevo uno de los centros de atención. El interés que despierta este año la cofradía es la profunda restauración a la que ha sido sometida la talla del crucificado.
Tras la primera salida procesional que protagonizó el pasado Viernes Santo la talla titular de esta hermandad, la entidad religiosa atendió la necesaria restauración que precisaba el Cristo. Por este motivo, el crucificado ha sido sometido a una recuperación íntegra. Los trabajos, que se han prolongado a lo largo de casi siete meses, han sido realizados por Víctor Manuel Pérez Asensio y María Luisa Ceniz Gómez, miembros de los talleres de bienes culturales Proarte. Con las tareas llevadas a cabo, se ha logrado rescatar en el rostro la policromía que el autor dio al crucificado, ya que el resto del cuerpo no había sido repintado. También se ha realizado en Madrid un estudio de las capas pictóricas de la talla.
Entre las intervenciones ejecutadas se encuentra el retallado del nudo del sudario, el estudio y fijación de la policromía y de los ensambles, la prolongación de la cruz, y la mejora en los puntos de anclaje de la imagen con el travesaño, situándose ahora en la zona lumbar del Cristo. Por otro lado, los dedos que el crucificado tenía rotos han sido tallados de nuevo y reintegrados en la imagen, con lo cual se han sustituido de esta forma los que le colocaron tras la restauración a la que fue sometida en el año 1989, y que resultaron ser de escasa calidad.
El hermano mayor de la cofradía, Luis Carlos López-Lacarra, se muestra "muy satisfecho por el resultado de la restauración, que era muy necesaria". Además, destaca las palabras de los miembros de Proarte, quienes dijeron que "la imagen se encuentra en muy buen estado de conservación, a pesar de ser una talla muy antigua".
De esta forma, la noche del próximo Viernes Santo, los cofrades tendrán su mirada fija en el resultado de la intervención restauradora. Si el pasado año su primera salida procesional como hermandad de penitencia se convirtió, junto a la celebración del Santo Entierro Grande, en el principal atractivo del año, en esta ocasión será de nuevo punto de interés con motivo de la intervención a la que ha sido sometida la talla.
El Santo Crucifijo de los Milagros es una imagen de autor anónimo, datada a finales del siglo XVI, y está tallada en madera de ciprés de gran calidad.
