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"Para liar la ‘pajarraca' como la ha estado liando Miguel y mentir prefiero decir la verdad. No sé nada", declaró ayer el Cuco en una entrevista telefónica concedida en el programa Espejo Público de Antena 3, para demostrar su inocencia en el caso de la joven sevillana Marta del Castillo. Sus declaraciones se producen a escasas semanas de la vista -fijada para el 27 de septiembre- para analizar los recursos de apelación interpuestos contra su sentencia.
Este menor, conocido como el Cuco, fue absuelto de la violación y asesinato de la joven y únicamente condenado a dos años y once meses de internamiento en un centro cerrado, seguido de un mes de libertad vigilada por un delito de encubrimiento.
Según subrayó en su intervención de ayer, su confesión inicial se debió a las presiones policiales. "Yo no había pisado una comisaría en mi vida, llego allí y empiezan a hacerme preguntas. Me dicen: ‘Pues si tú no has tenido nada que ver, ¿quién está a cargo del coche, tu madre? Pues a ella la vamos a meter para dentro'". En este sentido, y siempre según sus palabras, el menor defendió la idea de autoinculparse para defender a su madre, ya que en el momento en el que le comunicaron que se podía culpar a su madre, él era capaz de decir que "tenía escondido a [el fallecido líder de Al Qaeda] Bin Laden, debajo de la cama".
Así, el Cuco criticó la actuación policial señalando que "con todas las pruebas y todo lo que hay yo creo que ahora mismo, cerca de tres años después de que haya pasado esto, si no han sido capaces de demostrarlo será por algo", señaló al respecto de su imputación en el caso. El menor también se refirió durante la entrevista telefónica al careo al que fue sometido con Miguel Carcaño: "Me lo pusieron delante mía en comisaría y me dijo en toda mi cara que yo sabía lo que había hecho, me quedé a cuadros y pensé que a este chaval se le estaba yendo la olla por momentos", indicó.
Así, el Cuco aseveró ayer que, incluso, en el juicio le dijeron que "si decía donde estaba Marta salía libre, pero no lo sé". Por todo ello, el Cuco aprovechó para lamentarse de que se hayan llevado parte de su infancia y casi toda su adolescencia. "Me lo he comido dentro del centro de menores", puntualizó. Por último, puso de manifiesto que Marta del Castillo era su amiga. "No estamos hablando de una desconocida", concluyó.
El Cuco disfruta actualmente de libertad a la espera de la sentencia firme, dado el tipo de delito que se le imputa y la condena que lleva aparejado el mismo. Está considerado por ahora como encubridor, con lo que como máximo sería condenado a estar tres años privado de libertad. Por eso el juez decidió concederle la libertad, ya que si se prorrogaba en exceso su situación de privación de libertad preventiva podría acabar cumpliendo más tiempo del que establece la pena final.
APOYO FAMILIAR. Precisamente la madre del Cuco, a la que citó ayer su hijo, también utilizó en los pasados meses un medio de comunicación para salir en su defensa. Fue el pasado mes de enero cuando, también en un canal de televisión, solicitó "que sea la justicia la que juzgue y no sea la gente de la calle porque nadie sabe lo que hay dentro ni fuera". En el mismo sentido volvió a insistir en la inocencia total de su hijo, a la vez que señaló cómo éste nunca se ha encontrado especialmente nervioso: "Lleva los nervios propios porque por lo que se le está juzgando no es por el robo de una bicicleta", dijo.
Por el momento, el Cuco disfruta de libertad a la espera de la ratificación o no de su sentencia, ya que el pasado 23 de marzo el juez de Menores Alejandro Vián determinó que ni violó a Marta del Castillo ni acabó con su vida. Esa fue la conclusión a la que llegó el magistrado tras analizar todas las pruebas que fueron practicadas en el juicio contra el menor implicado en el crimen. El juez no entró a valorar cómo mató Miguel Carcaño a Marta (lo dirá el tribunal que le juzgue), pero sí concluye que el Cuco sólo fue al piso para ayudar a su amigo a deshacerse del cadáver, por lo que le condena a tres años de internamiento por un delito de encubrimiento, aunque en pocos meses saldría a la calle pues ya ha cumplido nueve meses en un centro y más de un año en un piso tutelado.
En 35 folios, el juez desmonta la teoría de la Fiscalía, cuya actuación critica, y de la acusación particular, quienes acusaban al menor de dos violaciones y asesinato y pedían seis años de internamiento y tres de libertad vigilada, la máxima pena establecida por la Ley del Menor.
La sentencia, que se dio a conocer dos meses después de que se iniciara el juicio, aseguró que hay dos pruebas que implican al menor: su ADN localizado en el piso, que demuestra que estuvo allí aquella noche, y su confesión ante la Policía, ratificada ante la Fiscalía de Menores.
