Estuvo a punto de derrumbarse, pero se recompuso y se negó a declarar. Entre lloros, balbuceando y muy agobiado, el Cuco le dijo a los agentes que le trasladaban desde del centro en el que estaba internado hasta el Juzgado de Menores que estuvo en el piso de León XIII y que vio a Marta del Castillo "con mucha sangre". Pidió declarar en comisaría con su abogado, pero luego se arrepintió y no dijo nada. Tampoco señaló dónde se deshicieron del cuerpo de la joven, tal y como había prometido a los agentes.
Era el 4 de marzo de 2009. Hacía 16 días que el Cuco había ingresado en un centro tras haber confesado ante la Policía y ante la Fiscalía de Menores que había ayudado a su amigo Miguel Carcaño a deshacerse de Marta. Hasta entonces había contado que cuando llegó al piso de León XIII el cuerpo de la joven estaba envuelto en una manta, tras lo que lo trasladaron hasta el río en el coche de su madre. Pero aquel día, el Cuco "parecía que iba a contar que su participación fue mayor", según declararon ayer los agentes en la cuarta jornada del juicio al menor. Acababa de saber que la Policía había encontrado su ADN mezclado con el de Marta. Ese dato hizo que comenzara a "llorar como un niño", a balbucear y a sentirse muy agobiado. Los agentes le escucharon decir entonces que él había estado en el piso y que pudo ver el cuerpo de la joven ensangrentado.
Sin embargo, estas palabras nunca las volvió a repetir ni ante la Policía ni ante el juez. "No voy a decir nada más", aseguró tras recomponerse, y pidió que estuviera delante su abogado, Fernando de Pablo. Una vez en comisaría, y tras hablar con su letrado, no quiso añadir ni una palabra más, pero sí se comprometió con los agentes a mostrarles cuál era el puente desde el que supuestamente habían lanzado el cuerpo de Marta. Miguel y Samuel Benítez habían señalado la pasarela peatonal que une Puerta Triana y Camas. Al día siguiente el Cuco salió con los agentes, a los que mareó de un puente a otro sin indicar exactamente cuál era.
Las siguientes declaraciones del menor ya fueron exculpatorias. Negó que participara en el crimen y que el 24 de enero de 2009 estuviera en el piso de León XIII. El Cuco alegó "presiones policiales", asegurando que si contó aquel relato era porque le habían amenazado con que su madre tendría problemas. Ayer, según informaron fuentes de la Fiscalía, todos los policías que participaron en los interrogatorios declararon en el juicio y todos negaron estas presiones, máxime cuando en todas las comparecencias del menor aseguraron que estuvieron presentes la madre y su abogado.
En cuanto a los hechos que relató el Cuco, los agentes también negaron que su testimonio fuera inducido, si no que éste se produjo "espontáneamente". El menor, en cambio, sostiene que los detalles que confesó cuando fue detenido los había tomado de lo que se había publicado esos días en los medios. Sin embargo, muchas de las cosas que contó no se conocían aún.
En el juicio, lo que sí ha reconocido el Cuco es que la navaja que fue localizada por la Policía en una alcantarilla ante la puerta del piso de León XIII era suya. En el primer día del juicio se la exhibieron y el menor explicó que se la había regalado a Carcaño. Según contó el asesino confeso de la joven, esta navaja la utilizaron ambos para amenazar a Marta mientras la violaban. Luego la asfixiaron con una alargadera.
A las puertas de la Audiencia se volvieron a congregar ayer algunos miembros de la Plataforma Marta del Castillo, pero la imagen del día fue el encuentro de los padres de Marta y los del Cuco, que de nuevo acudieron con el rostro oculto con un pasamontañas, a la entrada del edificio. El lunes el juicio continuará con la declaración de más agentes, cuatro de ellos de la Científica.