Los actores principales del Real Betis parece que desconocen la reciente historia del club, la que tiene que ver con Ruiz de Lopera para lo bueno y para lo malo. El propio consejero delegado, el entrenador y el director deportivo dicen que tienen muy buen rollo y que tiran para el mismo lado. Los fichajes que se han hecho quizá fundamenten esa afirmación, pero la realidad es otra. Los hechos y las palabras no tienen nada que ver.
Y el detonante, una vez más, tiene su origen en los celos. Lopera no soporta que se le conceda a Paco Chaparro el mérito de las contrataciones. No entiende cómo la prensa y la afición dan por hecho que si no llega a ser por el trianero, la inversión hubiese sido menor y los fichajes de escasa calidad. Lopera no soporta que se piense eso cuando todo se ha hecho con su dinero, por eso, en cada presentación o firma, en boca de Pepe León o por medio de comunicado oficial, en la radio o en la web, se alude a que toda operación se pudo hacer gracias a los avales personales de Manuel Ruiz de Lopera. Es una forma de decir, al estilo 'don Manuel', que todo lo bueno que pase a partir de ahora, con esa plantilla, es cosa suya, y lo malo, del entrenador, de la oposición o hasta de BSport.
Pero Momparlet tampoco soporta que se diga que los fichajes llegan porque Lopera pone el dinero (eso lo resiste mejor) y por la insistencia de Chaparro, que ha tirado para atrás muchos tuercebotas propuestos por la dirección deportiva hasta redondear un plantel que sí merece la pena. Momparlet también reivindica su espacio y con la rotundidad que nunca ha utilizado, asegura que los fichajes, todos, son propuestos por su área de trabajo, y que otra cosa es que los pague el consejero delegado y que los apruebe el entrenador.
Y luego está Chaparro, quien quemado por el verano y picado porque desde las otras patas del banco se le mete una presión extra ("tiene una-la mejor plantilla de la historia del Betis en sus manos"), sale a la palestra demasiado crecido para lo que aguanta el que manda, dando una rueda de prensa que ni siquiera es ofrecida por los medios oficiales del club, que conocen como todo el mundo la guerra que hay, el cuento de la buena pipa, y que prefieren curarse en salud, por si Chaparro estalla. Lo dicho, parece que ninguno conoce al otro, y que todos no tienen ni idea de qué es el fútbol.
Porque primero los fichajes tendrán que demostrar que son buenos. Si la cosa sale mal, porque se ficha a personas, que rinden o no dependiendo de mil factores, veremos si es acertado o no sacar pecho antes de ver ese rendimiento. Si Emana la tira al anfiteatro no habrá tantos que se atribuyan el fichaje, seguro. Por todo esto, y por más, acertará el primero que deje de tirar piedras, aunque le estén acribillando, y se dedique a hacer lo mejor que sepa el trabajo que tenga sobre la mesa o sobre la pizarra. Lo demás, lo que ocurre sistemáticamente, siempre perjudica al mismo, al Real Betis Balompié.
Kevin Mirallas . El belga Kevin Mirallas, un delantero de 20 años que lleva sin embargo cuatro años ya en la élite del fútbol francés, estaba muy bien colocado en las agendas de los los dos equipos sevillanos, pero el Saint Etienne se ha adelantado. El conocido como "Ronaldo de los pobres" acababa contrato el año que viene, pero el conjunto galo le ha pagado al Lille por ese año que quedaba 3,5 millones de euros y lo ha firmado hasta 2012.
El ex consejero Nuchera . Paco Nuchera, uno de los mecenas del pasado Centenario verdiblanco, y ex consejero de la entidad, está ultimando la oferta definitiva para la compra de las acciones del Xerez en propiedad de Joaquín Morales, ex consejero del Sevilla FC y actual mandamás en el Xerez. Dos millones de euros, por un lado, y avales por otros 20 millones, es lo que tiene que poner Nuchera para ser el que mande en el conjunto azulino, muy hermanado, en cuanto a aficiones y dirigentes, al Sevilla FC.