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El cumpleaños de Cartuja 93

Con la displicencia que la caracteriza Sevilla no ha hecho ni poco ni mucho caso del decimoquinto cumpleaños de Cartuja 93. Es lo que suele pasar en esta ciudad cuando no interesa acordarse de las cosas, pero en un ejercicio autocrítico de memoria tendríamos que volver mentalmente a...

el 15 sep 2009 / 17:00 h.

Con la displicencia que la caracteriza Sevilla no ha hecho ni poco ni mucho caso del decimoquinto cumpleaños de Cartuja 93. Es lo que suele pasar en esta ciudad cuando no interesa acordarse de las cosas, pero en un ejercicio autocrítico de memoria tendríamos que volver mentalmente a aquellas palizas de paliqueo que nos dábamos unos a otros con el sonsonete de "aquí no se hace nada" y el de "hay que ver con lo que esto ha costado", dicho con tanto dolor y tanta amargura que parecía que la Expo 92 la habíamos pagado a escote.

Últimamente ha sido frecuente sacar a relucir al Parque Tecnológico de la Cartuja con el de Zamudio, por el que he pasado recientemente, y, aunque nadie va a poner en cuestión la potencia industrial tradicional de Vizcaya, las instalaciones de aquel recinto no pueden compararse ni de lejos con las del sevillano que, evidentemente, tiene su principal debilidad en el quiste de Isla Mágica: para una instalación de esas características, es lo mismo que dos pistolas para San Antonio de Padua. Otra es, a pesar de lo que diga algún dirigente empresarial, ese bosque de vallas que al caer la noche se convierte en el laberinto del Minotauro.

Todo eso, en parte, es una consecuencia de aquella presión que sacaba a relucir constantemente los jaramagos y que fue la causa próxima de la destrucción de lago, crimen de leso urbanismo que debería avergonzarnos. La isla entera necesita dejar de ser memoria sentimental y muro de lamentaciones, pide a gritos una nueva articulación, una delimitación de zonas, una recreación. Pérez Saldaña es el primer presidente que está allí no en un paréntesis desde el que acceder a otra cosa y, precisamente por eso, puede ser el hombre providencial. No es que se llame Juan, como el Bautista, pero al fin y al cabo tiene nombre de profeta.

Antonio Zoido es escritor e historiador.

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