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El cuponazo anticipa el Gordo en La Puebla del Río

En La Puebla del Río las cajas de ahorro van a llenarse antes de que los niños de San Ildefonso entonen sus famosos 300 millones de euros. Allí el viernes las bolas cantaron seis millones y pico, repartidos en 10 cupones. Si la ilusión entendiera de días se distribuiría mejor en el calendario. O no, porque la suerte ha llegado. Más vale pronto que nunca.

el 15 sep 2009 / 20:11 h.

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En La Puebla del Río las cajas de ahorro van a llenarse antes de que los niños de San Ildefonso entonen sus famosos 300 millones de euros. Allí el viernes las bolas cantaron seis millones y pico, repartidos en 10 cupones. Si la ilusión entendiera de días se distribuiría mejor en el calendario. O no, porque la suerte ha llegado. Más vale pronto que nunca.

Pocos confían en que mañana se descorchen más botellas de cava en el pueblo. La noche del viernes ya fue de fiesta y, aunque esperanzados, -"porque la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?"-, los vecinos que ni han olido el cuponazo aguantaban ayer la resaca entre curiosos y expectantes. Nunca antes había tocado un premio gordo, aunque esta vez viniera disfrazado de geniecillo verde.

Así es como el número 47.894 pasará a la historia en La Puebla del Río. Cinco cifras que se adelantan al Gordo de la Lotería de Navidad y que han dejado 10 cupones cargaditos con más de 6.315.000 millones de euros. El más afortunado se ha llevado para él solito los seis millones de la serie. Ayer estaba ilocalizable, pero su bar, uno de los más conocidos de La Puebla, seguía atendiendo a la clientela con unos camareros muy felices y esperanzados en el sorteo de mañana. "Nosotros no llevábamos, pero tenemos la fe puesta en la lotería".

En La Puebla del Río la mañana de sábado amaneció con corrillos de vecinos comentando la noticia: el cuponazo había caído en el pueblo. En el Asador El Patio, de la calle Huerta, han recogido el fruto de años de esfuerzo en forma de serie ganadora. Porque este cupón ha sido el cupón de los currantes, de personas que se levantan a diario a las siete de la mañana para sacarse el jornal. Las reuniones de cigarreros continuaban ya más cerca del mediodía. En cada bar, un rumor. "Pues dicen que sólo llevaban los 10 cupones tres personas: el del cuponazo llevaba siete, su cuñado, dos, y El Angulo, otro".

En sueños. El Barba, o Angulo, como todos en La Puebla lo conocen, es todo un personaje. "Un bohemio", dicen de él en la Tasca de la Marina, su bar de cabecera. Un poeta trabajador, con 30 años a la espalda como albañil, que a la primera de cambio inventa un poema para quien se acerca a felicitarlo. Siguiendo el murmullo de los 35.000 euros que le han tocado, se puede encontrar a Angulo en la Marina, rodeado de sus amigos de siempre y su sobrina Paula, su pequeña ayudante.

Si se le pregunta por cómo conoció la notica responde sin titubeos: "Me enteré soñando, porque yo soy un soñador. Esta mañana me he levantado y he dicho: "Me han tocado los cupones". Así narraba el momento en el que fue consciente de que llevaba el número premiado en el sorteo de la ONCE. "¿Que qué voy a hacer con el dinero? Disfrutarlo con la gente que quiero, qué si no. El dinero no da la felicidad, eso es seguro, si no se comparte".

Para anoche ya estaba listo. Salió de su casa y fue a comprarse un traje de Papa Noel. De ahí, a hacerse con varios kilos de caramelos para repartirlos con los niños del pueblo y un carro con juguetes. "Hay que dar ilusión a los que puede que tengan menos".

La curiosidad, la envidia sana y la confianza en ser agraciados en otra ocasión era la tónica general en La Puebla. Catalina Acedo, la vendedora de la ONCE, estaba ayer exultante: "He repartido dos premios grandes en ocho meses". ¿Cuándo será el siguiente?

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