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El debut del nuevo arzobispo de Sevilla

el 06 nov 2009 / 21:15 h.

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El arzobispo Juan José Asenjo en la misa en la que ayer se estrenó en la Catedral ordenando a tres nuevos diáconos.

Alberto Álvarez Pérez, Joaquín Díaz García y Antonio Herrera Ortiz. Juan José Asenjo no olvidará estos tres nombres. No son nuevos santos de la Iglesia sino los tres diáconos que ayer ordenó en la Catedral en el que fue su primer acto oficial como arzobispo de Sevilla.

Para su debut en la sede de San Isidoro, el seguntino se cobijó en la sombra de su antecesor, el cardenal Carlos Amigo Vallejo, al que llegó a citar en su homilía: "En la carta del cardenal del pasado mes de agosto os decía que los diáconos se identifican con la caridad. Los pobres son uno de sus ambientes cotidianos". Pero el recuerdo de Amigo, al que el Papa ha aceptado su renuncia al frente de la diócesis al sobrepasar la barrera de los 75 años, no sólo sobrevoló en la mente de Asenjo, sino en la de los asistentes a la ceremonia de hora y media de duración.

María del Carmen, amiga de uno de los diáconos y vecina de San Vicente, esperaba haberse encontrado aún con el cardenal Amigo: "Claro, ya viene Asenjo", asentía al divisar al flamante arzobispo de Sevilla con el báculo al final del cortejo. "Éste será muy bueno también, pero ya llevábamos muchos años con Amigo, y la verdad..."

Para quien aún no se había enterado del traspaso de poderes, Asenjo lo recordó hasta en tres ocasiones: "Es un honor y un gozo ordenar a diáconos en la que es mi primera ceremonia en esta Santa Iglesia Catedral como arzobispo de Sevilla". Asenjo estuvo tranquilo, gustándose de cada minuto de esta larga ceremonia, en la que dedicó gestos cercanos a los familiares de los diáconos, como bien explicaba tras la misa la esposa de uno de ellos: "Estamos muy contentos que finalmente haya venido Asenjo. Ni él ni nosotros olvidaremos este día". Para terminar, el sucesor de Carlos Amigo -que en todo momento estuvo acompañado por el vicario general de la Diócesis, Francisco Ortiz- lanzó una petición a los presentes: "Rezad por vuestro nuevo obispo. Me encomiendo a vuestras plegarias para que el Señor me acompañe y me sostenga en el nuevo ministerio". Seguro que lo necesitará para pastorear el rebaño de la Iglesia de Sevilla.

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