La oficina del Defensor lleva meses, después de cerrar un año histórico por el elevado número de quejas, registrando demandas ciudadanas que advierten de que no están llegando todas las prestaciones económicas y ayudas sociales de emergencia que antes se abonaban.
Chamizo advirtió de que se ha detectado en Andalucía una "nueva pobreza vergonzante" que le preocupa, que afecta a gente de clase media "sin habilidades sociales para pedir ayudas" porque nunca antes se habían visto en esa situación. Son familias que se encierran en su casa y a las que por ejemplo -explicó- les da vergüenza acudir a un comedor social. Por eso pidió que se pongan en marcha nuevas ayudas y comedores destinados a ciudadanos de este perfil.
Los sindicatos han iniciado una activa campaña por toda Andalucía para reclutar a la calle ante el 29-S. El líder de CCOO-A , Francisco Carbonero, reclamó el "empuje" del Defensor para "corregir injusticias tremendas que se avecinan" y advirtió de que "por primera vez en la democracia" habrá un retroceso en derechos y un "empobrecimiento" que afectará más a los más débiles. Hoy por hoy, advirtió Carbonero, "sólo el 32% de los parados andaluces cobran una prestación frente a una media nacional del 47%". Un dato relacionado con la mayor precariedad del empleo.
"A veces da la impresión de que dramatizamos pero es que la realidad está superando nuestras previsiones más negras", aseguró el responsable de UGT-A , Manuel Pastrana sobre los efectos de la reforma laboral.
Los sindicatos fueron duros con el Gobierno de José Antonio Griñán y avisaron de que el diálogo social pende de un hilo, bueno más bien de asuntos tan concretos como las partidas sociales y de inversión del próximo Presupuesto o el cumplimiento de la ley de vivienda a pesar del tijeretazo de las ayudas del Ministerio.
Sobre el ambiente que se respira en la calle, coincidieron en que aún quedan semanas de trabajo. Carbonero sacó pecho: "Andalucía se parará, habrá un seguimiento masivo de los trabajadores aunque queda mucho camino". Pastrana fue más cauto y señaló que hay muchos trabajadores que pueden sentir la "presión" de sus empresas y temen "una penalización" por ir a la huelga. Denunciaron una campaña de descrédito. "Ahora se oirá mucho eso de que los sindicalistas somos una panda de sinvergüenzas", lamentó Pastrana.
