Nos iremos nosotros, los futbolistas serán historia pero el derbi continuará por los siglos de los siglos. Eterno, como el fútbol. Centenario como sus equipos y con la misma pasión de siempre. Es en esta Sevilla dual uno de los signos de identidad que definen nuestra forma de ser y expresión. Y es que el fútbol y sus sentimientos también a los sevillanos nos pertenecen.
Siempre se ha hablado de que en estos partidos de máxima rivalidad no hay favorito. Para darle una mayor dimensión están las estadísticas y cierto es que, en estos momentos, las dos aficiones tienen motivos más que suficientes. El Betis se ha reforzado convenientemente con jugadores que aportarán una mayor calidad al equipo. Ello hace que los aficionados béticos se ilusionen y más en estos partidos que tanto significan de cara a los sentimientos.
En el Sevilla, tras sacar adelante el partido con el Salzburgo, todos sus sentidos están en este partido en el que siempre hay algo más que los tres puntos en juego. Que hablen los jugadores en el campo. Que haya respeto en las gradas y que gane quien gane, lo festejen a lo grande como el acontecimiento que es, pero sin olvidarse que esto sólo es un partido de fútbol. Y siempre el partido de la ciudad de Sevilla. Nuestro, eternamente, nuestro.
