Después de mucho tiempo amagando con instalarse en el escenario cotidiano de las ciudades españolas, parece que la hora definitiva de los vehículos eléctricos ha llegado. Ésta es una de las conclusiones que se desprende del encuentro La integración de los vehículos eléctricos en los núcleos urbanos, que tuvo lugar ayer en el hotel NH Viapol con la organización de El Correo de Andalucía y la participación de destacados expertos en materia de movilidad y nuevas tecnologías, así como los fabricantes. También lo señaló Isabel de Haro, presidenta de la Agencia Andaluza de la Energía, quien animó a dar el salto final “a un cambio de mentalidad que permita a la gente aceptar otra forma de movilidad, y a la adaptación de las infraestructuras que lo hagan viable”, dijo.
Asimismo, destacó la necesidad de que el transporte público acuda cuanto antes a su impostergable cita con la electricidad. “Se abre ante nosotros un nuevo paradigma de movilidad. Eso va a apoyar el cambio de modelo energético y va a mejorar el medio ambiente de nuestras ciudades. Vale la pena”.
Por su parte, el director de la Agencia Andaluza de la Energía, Francisco Bas Jiménez, explicó en la conferencia inaugural que es “fundamental que el sector de los transportes deje de estar tiranizado por los combustibles derivados del petróleo, de los que depende en un 95%”, para lo cual se han impulsado medidas que van de la orden de incentivos de febrero de 2009 al desarrollo de cursos de gestión para técnicos municipales. “Podemos conquistar una posición, si no de liderazgo, sí importante en un sector donde hay mucho que decir, tanto en construcción de vehículos como en materia de tecnologías adyacentes”, apostilló.
No obstante, Juan Francisco Larrazábal, responsable de Transportes del Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), lamentó que “la penetración de los vehículos eléctricos a día de hoy sea nula”, frente a las previsiones de que en 2010 haya en circulación dos millones y medio de vehículos enchufables, hacia el año 2050, seis de cada diez vehículos que se vendan sean de este tipo.
“El mercado en España”, agregó Larrazábal, está viviendo un importante desarrollo, pero debe enfrentarse a dos grandes barreras: el deslizamiento de la oferta, que se traduce en el hecho de que las marcas han llegado más tarde de lo que se quería, y la propia crisis económica, que ha provocado cancelaciones de pedidos y una fuerte reducción de las unidades previstas”.
Escollos todos estos que, a juicio de Carlos Bergera, responsable del departamento de Movilidad Verde de Iberdrola, podrán sortearse airosamente en la medida en que el sector eléctrico experimente un óptimo desarrollo “sobre todo en materia de accesibilidad de los usuarios, sobre todo en lo que respecta al coste, y en nuevos hábitos de uso en la recarga, de modo que sea más sencillo el mantenimiento del vehículo”.
En todo caso, los participantes de las distintas mesas redondas se mostraron de acuerdo en que se trata de una excelente oportunidad de mejora energética y de la calidad del aire, así como un potencial dinamizador industrial. Para Gema cantero, del Área de Transporte y Servicios Públicos de la Agencia, la resistencia de los usuarios está siendo vencida poco a poco en beneficio de “un modelo basado en el ahorro y la eficiencia”.
Similar optimismo exhibió Enrique Medina Velasco, director general de Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla, para quien “la capital hispalense presenta una serie de características, tanto por su amplitud a nivel metropolitano como por sus aceptables distancias”, para ser un inmejorable banco de pruebas con la mirada puesta en el futuro inmediato.
Otra de las mesas, dedicada específicamente a la cuestión de infraestructuras de recarga, planteó también las posibilidades de vencer obstáculos y acelerar la implantación de vehículos eléctricos en los espacios urbanos de toda España. Para Andrés Sáinz, del departamento de Gestión de la Demanda de Red Eléctrica de España (REE), no hay duda de que estos vehículos pueden ser “una gran oportunidad” que debe beneficiarse de los altos niveles de producción eólica, hasta el punto de que “en 2020 podrá haber entre uno y dos millones de vehículos eléctricos funcionando gracias a esta tecnología”.
“Nuestra batalla está de puertas para afuera”, aseveró Arturo Pérez de Lucía, director gerente de la Asociación de Empresas Innovadoras de la Infraestructura de Recarga del Vehículo Eléctrico (Aedive), para quien “falta aún comunicación eficiente al usuario” para convencerlo de las bondades de la movilidad eléctrica. Un éxito que, concluyó, depende de claves como “la oferta amplia de vehículo y precio, el desarrollo de las infraestructuras, seguridad y fiabilidad y un marco regulatorio adecuado”, entre otros puntos.
Finalmente, Eduardo Galván, catedrático del Grupo de Tecnología Electrónica de la Universidad de Sevilla, desarrolló la idea de que “hay mucha tecnología por desarrollar, pero aún queda mucho por hacer en materia de regulación y de mercado. Y hay que empezar a tener no una visión local, sino global, a nivel mundial”. Todos los invitados llegaron a la cita en vehículos eléctricos por cortesía del servicio de carsharing Cochele.