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El desengaño de los toros

En estos días previos a la Feria florecen las tertulias taurinas y la del Alabardero, de la que formo parte, dio anteanoche sus premios. Incluso me tocó presentar al mantenedor de este año, Ramón María Serrera, que, llevando al territorio de la palabra la vieja idea del Ars Poetica de Horacio "lectorem delectando...

el 16 sep 2009 / 01:49 h.

En estos días previos a la Feria florecen las tertulias taurinas y la del Alabardero, de la que formo parte, dio anteanoche sus premios. Incluso me tocó presentar al mantenedor de este año, Ramón María Serrera, que, llevando al territorio de la palabra la vieja idea del Ars Poetica de Horacio "lectorem delectando pariteque monendo" -deleitando y enseñando al mismo tiempo- combinó con pulso de maestro ciencia, anécdotas y citas sabrosas. La última no la transmitió él sino el cura Lezama: era de José Bergamín afirmando que el torero no debe dirigir su faena a engañar al toro sino a desengañarlo.

Al hilo de esa sabiduría senequista podríamos también preguntarnos si, históricamente, el cometido de matadores y ganaderos no ha sido el de desengañar a los aficionados y, en definitiva, desengañarse ellos mismos. Allí estaba, para llevarse el premio por su corrida del año pasado, Victorino Martín, derrotado una hora antes con el decepcionante juego de sus reses. Le doy la enhorabuena por el galardón y me contesta con cara decepcionada: Por esta tarde no será. Y es que una corrida no es un partido de baloncesto; se parece más a la pesca: seguro que las tres verónicas de Morantes se agrandarán así que la memoria dé brillo a la visión memorable.

Porque todos hemos salido de la Maestranza con la cruz de la tarde al hombro. No hemos perdido un partido sino la esperanza de ganarle al hado; hoy nos ha decepcionado el Destino, fuerza misteriosa que manda sobre el ser humano y su tiempo, la misma que nos empujará mañana a volver fijando en la retina un capote que ondea lentamente, el motor inmóvil de la fiesta, el que regía la voz de aquel aficionado -el último en salir del tendido tras la última faena- que le gritaba al Faraón: "Curro, el año que viene, va a venir a verte tu madre? y yo".

Antonio Zoido es escritor e historiador.

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