Economía

El despertar laboral de las amas de casa

Como miles de ellas, Juana busca ganarse la vida

el 08 feb 2010 / 21:10 h.

Después de muchos años dedicada de lleno a las labores del hogar, Juana Rufo busca empleo. Las amas de casa parecen tomar el timón en muchas economías familiares. No en vano se lanzan a la caza de un trabajo que les procure una fuente de ingresos para poder hacer frente a las dificultades económicas que sufren numerosos núcleos familiares. Y es que la necesidad acecha, sobre todo, en aquellas familias donde el paro ha embestido a todos sus miembros.

De hecho, son casi 1.220.000 los hogares españoles donde todos los habitantes están en situación de desempleo. Y es esto lo que ha llevado a incrementar en un 150% el número de amas de casa que han decidido incorporarse al mercado laboral.

Los datos, aportados por la agencia de trabajo Adecco, reflejan el notable descenso de las mujeres dedicadas a las labores del hogar en España, pasando de 4.572.900 hace dos años, cuando la crisis aún no había planeado sobre España, a 4.093.000 en la actualidad. Si tenemos en cuenta que en ese mismo periodo (2007-2009) el número de mujeres que decidieron incorporarse al trabajo fue de 611.200, esa diferencia en el número de amas de casa que han dejado de considerarse como tales indicaría que alrededor de 480.000 se encontrarían en estos momentos en una situación de búsqueda de empleo, dice Adecco.

En Andalucía se ha notado ese aumento de nuevos demandantes de empleo, especialmente "entre aquellos hogares cuyos cabezas de familia han trabajado toda su vida en el sector de la construcción y, habiéndose visto éste malogrado con la crisis, las mujeres han tomado parte para intentar generar ingresos", expresa el director regional de Adecco, Raúl Cortés.

Al mismo tiempo, este incremento se ha podido comprobar en las pequeñas poblaciones donde el desempleo rural también ha mermado economías familiares enteras. "Vienen muchas mujeres de localidades satélites a nuestras oficinas en busca de un empleo".

El perfil de estas trabajadoras, según Adecco, es el de una mujer de edad comprendida entre los 40 y los 54 años, con hijos y con estudios primarios en su mayoría.

53 años tiene la sevillana Juana Rufo y lleva cinco inscrita como demandante de empleo en el INEM, tras haber sido autónoma y posteriormente trabajadora de forma esporádica como asistenta del hogar. "Tuve que cuidar de mi nieto desde que nació hace 2 años, por lo que dejé de buscar empleo. Desde que va a la guardería estoy buscando trabajo y no encuentro ni siquiera para limpiar". Sus estudios se ciñen al graduado escolar, que pudo sacarse a duras penas entre trabajo y trabajo, puesto que desde muy pequeña tuvo que "aportar algo en su familia".

Sus hijos, de 29 y 31 años, trabajan, si bien el varón, ayudante de laboratorio, lleva desde octubre sin cobrar su sueldo. A su hija, casada y con un niño, tiene a veces que echarle una mano.

Aunque su situación económica no es crítica, reconoce que con 900 euros que cobra su marido como vigilante sufren grandes dificultades para llegar a fin de mes. "Gracias a que nuestra hipoteca es pequeña vamos tirando como podemos".

Juana asegura que "trabajaría de lo que sea", si bien reconoce que, al no haber tenido estudios, estaría limitada para ciertos empleos. A este respecto, Adecco apunta que "los puestos a los que las amas de casa suelen acceder son aquellos de baja cualificación".

Así pues, estas trabajadoras estarían siendo contratadas para puestos de acompañamiento escolar, telemarketing, degustación y promoción de productos en grandes superficies, recepcionistas o secretarias, así como en hostelería, limpieza y atención de niños y ancianos.

En suma, agrega esa agencia, las amas de casa están asumiendo trabajos que antes, durante el boom económico, desempeñaban mujeres inmigrantes.

Por todo ello, Juana representa la lucha de aquellas mujeres que tras una vida entera dedicada a sacar adelante las tareas domésticas, ahora tienen que remangarse de nuevo en un trabajo que, por fin -eso sí- sea remunerado.

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