Cofradías

El destrozo del ángel de la Oración en el Huerto marca el Domingo de Ramos en Utrera

Todo discurría con absoluta normalidad. La estampa típica del Domingo de Ramos inundaba la ciudad de sol, calor y vestidos imposibles, y las tres cofradías de la jornada ya habían pisado el asfalto y los adoquines de Utrera hasta que, en una levantá, el paso de misterio de la Oración en el Huerto vio caer el ángel ante el cual ora Jesús, quedando hecho añicos.

el 28 mar 2010 / 21:53 h.

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La Borriquita, por las calles de Utrera.

El reloj marcaba aproximadamente las 19.30 horas, cuando la hermandad de Jesús Nazareno -encargada de poner en la calle este cortejo- discurría por Catalina de Perea a punto de enfilar la cuesta de Ponce de León. Muchas personas, entre ellas una familia con un carrito de bebé, veían el transitar de la cofradía cuando, tras el golpe del llamador, la figura del ángel voló ante la mirada atónita de los presentes hasta caer junto al pequeño, gracias a la rápida intervención de los padres que consiguieron retirar a tiempo el citado carro.

Por el camino, la figura dañó el recién restaurado y dorado respiradero -estreno de esta Semana Santa-, provocándole el desprendimiento de parte de la madera. De mediana calidad, al ser una imagen de Olot, el ángel quedó destrozado por completo, teniendo que ser retiradas las pequeñas piezas del lugar donde había caído.

Con el susto en el cuerpo, la cofradía pudo continuar su itinerario normal por las calles de Utrera, transformándolas por unas horas en Getsemaní. Horas antes, la corporación religiosa salía desde la capilla de San Bartolomé, entre las nuevas vallas verdes de que dispone el Consistorio, carentes de todo gusto estético, llenando entonces de capas de color morado la tarde utrerana, mientras el nuevo dorado de los respiraderos relucía bañado por el sol.

Mientras, en ese mismo instante, la parroquia de Santa María asistía a una de las salidas más complejas de la Semana Santa, cuando la Quinta Angustia comenzó su estación de penitencia con el paso de misterio y, cerrando el cortejo, el palio de la Virgen de los Ángeles, exornada con rosas rojas, bubardia y paniculata. Entre los estrenos de esta cofradía, la nueva saya de la dolorosa, bordada en oro sobre otomán, centró las miradas de los utreranos, siendo ésta una Virgen que protagoniza otro de los momentos destacados de la Semana Mayor de Utrera cuando, de regreso, es aplaudida por una muchedumbre que camina ante Ella por la cuesta de Menéndez Pelayo, poniendo el broche de oro a la jornada de Domingo de Ramos.

Mientras, el comienzo del día centró las primeras miradas cofrades, de nuevo, en la avenida San Juan Bosco para ver salir a la hermandad de la Trinidad desde la basílica salesiana, ya que su capilla continúa cerrada tras los desprendimientos que se produjeron en la bóveda del templo. Entre claveles blancos salpicados por lirios morados, la corporación trinitaria ponía en la calle el misterio de la entrada de Jesús en Jerusalén, mientras que el segundo paso, la Virgen de los Desamparados, con claveles rosas y gladiolos blancos, lucía bellísima vestida de hebrea y sin palio, a diferencia de como lo hará el próximo Jueves Santo acompañando al Cristo de los Afligidos.

En cualquier caso, y a pesar del incidente protagonizado por el paso de misterio de la Oración en el Huerto, Utrera pudo disfrutar de una espléndida jornada de Domingo de Ramos, con todos los sabores y olores característicos de esta época. Antes, el llamado Sábado de Pasión servía para ultimar detalles, para dar la última mano de pintura o cal a la fachada de casa y para terminar la cuenta atrás que muchos van marcando a diario desde el Domingo de Resurrección del pasado año. Todo a punto para que, como cada primavera, y con la ilusión del niño que sale de nazareno por primera vez, Utrera se adentrara en las imaginarias calles de Jerusalén siguiendo el compás que marca el caminar de la Borriquita.

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