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El detenido por matar a su ex compró el cuchillo y fue a por ella

Asesinó a su compañera el lunes.

el 20 may 2010 / 20:03 h.

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Richard Genaro Q. C., a la izquierda, llega custodiado a los juzgados de Violencia.

Compró un cuchillo y la persiguió. Pocos metros después la apuñaló. "No sé si está herida grave o muerta". Es parte del relato que Richard Genaro Q. C. hizo ayer a la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 sobre cómo acabó el pasado lunes con la vida de la que había sido su pareja, una peluquera de 54 años y divorciada que cayó desplomada en la plaza Ajolí de la barriada de El Rocío. Una declaración en la que se mostró frío y en la que no perdió los nervios en ningún momento.

Richard pasó ayer su primera noche en prisión, a la espera de que se celebre un juicio con jurado, después de que la juez de guardia le imputase un delito de asesinato. El asesino confeso, de 38 años, ya había reconocido el crimen al Grupo de Homicidios de la Policía Nacional y ayer volvió a hacerlo tras pasar a disposición judicial. Según informaron fuentes del caso a este periódico, Richard explicó que la tarde noche del lunes fue a buscar a Ana Jiménez, con la que había mantenido una relación de varios años y convivido dos de ellos, para pedirle que volviera con él. Ana tenía ya otra pareja y Richard acababa de romper con su actual novia, por lo que decidió intentar recuperarla.


Ella tenía claro que no quería volver con él, y así de claro se lo dijo en la puerta de su domicilio, el número 24 de la calle Hermanas de la Cruz. Según relató Richard en el juzgado, le insistió para que le dejara subir a su piso, pero ella no se lo permitió, llegando incluso a amenazarlo con que le iba a denunciar si seguía acosándola. De hecho, una semana antes del crimen, el asesino confeso tuvo una fuerte discusión con Ana, que tuvo que llegar a echarle de la peluquería que regentaba en la Urbanización Parque Flores. Él se presentó allí para pedirle que volviera con él, ante la negativa se puso violento y ella tuvo que echar la persiana de su comercio, según relataron los comerciantes de la zona.


El pasado lunes, Ana no le permitió subir a su casa y desde el balcón le lanzó dos corbatas que Richard se había dejado en el piso, donde había convivido con Ana durante dos años. Fue entonces cuando se marchó a comprar un cuchillo en un comercio de las inmediaciones, pero negó que lo hiciera pensando en matarla, sino para cortar carne en su casa porque no tenía un cuchillo adecuado. Sin embargo, sabía que ella había quedado con una amiga para tomar algo, así que decidió ir de nuevo a buscarla.


Richard la abordó entonces en la barriada de El Rocío, junto a la avenida de San Lázaro y, "sin saber cómo", comenzó a apuñalarla. "Me ofusqué y cuando me di cuenta le había clavado el cuchillo varias veces", señaló a la magistrada. Hasta ocho puñaladas recibió Ana, cuatro en la espalda y otras cuatro en el pecho, afectándole al cuello y al corazón, lo que hizo que se desangrara en diez minutos en plena calle.
Richard dijo que entonces se dio cuenta de lo que había hecho y huyó de allí, pero se quedó a escasos metros de donde Ana cayó desplomada. En una fuente que encontró por la zona, se lavó las manos empapadas en sangre y se sentó en un banco a pensar. "No sabía qué hacer, si irme o quedarme", afirmó, cuando en ese momento llegaron los agentes de la Policía Nacional y lo detuvieron. Ayer aseguró con toda tranquilidad que aún desconocía "si Ana está herida grave o muerta", pues según contó, nadie se lo había dicho.


Ante esta confesión la titular del Juzgado de Violencia número 3 lo envió a prisión sin fianza por un delito de asesinato. No obstante, de la investigación del caso se hará cargo el Juzgado de Violencia número 2, ya que era el que estaba de guardia el lunes. Será allí donde tendrán que volver a declarar los ocho testigos que ya lo han hecho ante la Policía para ratificar su testimonio.


Según el atestado policial remitido al juzgado, Richard no había consumido alcohol ese día, pese a que los vecinos aseguraron que era bebedor habitual y que por eso se ponía violento.

El martes le caduca la residencia

Richard Genaro Q. C. es de nacionalidad ecuatoriana y llevaba ya varios años en España. De hecho fue al poco de llegar cuando comenzó la relación con Ana Jiménez, 16 años mayor que él. Desde hacía algún tiempo Richard estaba en paro y su permiso de residencia le caduca el 25 de mayo.


Los investigadores creen que éste puede ser unos de los motivos que le llevó a apuñalar a Ana, ya que él estaba buscando volver con ella, probablemente para lograr la nacionalidad, pero ella le rechazó. Además, le amenazó con denunciarlo si no dejaba de acosarla, lo que hubiera implicado su expulsión del país. De ahí que fuentes del caso crean que fue el puro interés personal el que le llevó a cometer el crimen más que un arrebato de celos.


Richard estuvo conviviendo dos años con Ana. Durante algún tiempo también lo hizo la hija de ella, fruto de una relación anterior, quien dijo a sus familiares que en alguna ocasión Richard había intentado agredirle. Él explicó ayer que los problemas con Ana comenzaron cuando la hija se fue a vivir con ellos. A la hija no le gustaba el novio de su madre porque, como él mismo reconoció, le estaba manteniendo económicamente.

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