El día 1 de Juanma Moreno

El futuro líder del PP andaluz reúne a su grupo parlamentario para insuflar ánimos y empezar a cerrar heridas internas. Imitará la estrategia de Susana Díaz para darse a conocer y emprenderá una escalada mediática a nivel nacional.

el 13 feb 2014 / 23:12 h.

MORENO BONILLA SE REÚNE CON EL GRUPO PARLAMENTARIO POPULARLos populares andaluces se comportaron este jueves como la persona que está pasando por un duro trance y se viste con sus mejores galas para salir a la calle con la cabeza bien alta. Cuando todavía no han cicatrizado las heridas que ha dejado una sucesión plagada de errores, en los pasillos del Parlamento todo eran sonrisas y mensajes del tipo ¿crisis, qué crisis? Así fue el día 1 del liderazgo in péctore de Juan Manuel Moreno Bonilla. El flamante candidato único a presidir el PP andaluz reunió a su grupo parlamentario, que lleva un año y medio noqueado por la interinidad de Juan Ignacio Zoido, para insuflarle ánimos y darle su receta para lograr la alternancia en Andalucía: hacer la Cámara «permeable» a la calle. Antes había iniciado su escalada mediática por los medios de comunicación nacionales, al estilo de la estrategia de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para aumentar su grado de conocimiento en un tiempo récord. Un día después de presentarse ante la prensa, arropado por los ocho presidentes provinciales, como el elegido por Mariano Rajoy para pilotar este nuevo tiempo, Moreno Bonilla tomó posesión de su grupo parlamentario. El malagueño, que ejercerá el liderazgo sin escaño en la Cámara, convocó a los 50 diputados populares a una breve reunión «de cortesía» que duró menos de diez minutos, interrumpidos por varios aplausos. «Ha estado muy bien, nos ha inyectado mucha energía y ánimo», aseguraba una diputada. Moreno Bonilla, que ha aterrizado con fuerza, les dio un discurso optimista, pero también les puso deberes. Les dijo que gobernar en Andalucía no es ni mucho menos tarea imposible porque «solo» hay que sumar cinco escaños para la mayoría absoluta. «Algunos se van a llevar un fiasco muy grande porque se creen que van a gobernar y no lo harán», auguró el malagueño. El sucesor de Zoido viene dispuesto a cambiar lo que internamente no funciona en el PP-A y hasta ahora se había mostrado muy crítico con quien quisiera oírle. Este jueves no era el momento de azotar a los suyos pero sí les pidió que estén más en la calle para que la gente se vea reflejada en los debates parlamentarios. Moreno Bonilla opina que en el grupo popular hay mucho nivel, que les hace ganar los debates sectoriales, pero esas victorias no trascienden a los andaluces. Un rato antes empezó un trabajo no menos importante: su ronda mediática a nivel nacional. El joven malagueño, que tiene una trayectoria parecida a la de Susana Díaz, va a imitar su estrategia para amortiguar su principal hándicap: que en Andalucía es prácticamente un desconocido. Entró en directo en La Cope con Ernesto Sáenz de Buruaga y luego lo entrevistó Carlos Herrera en Onda Cero. «A Susana le está sirviendo y a Juanma también le servirá», afirmó un dirigente cercano al futuro líder. Puso un ejemplo: Gaspar Zarrías fue consejero durante dos décadas y cuando se marchó a Madrid de número dos del ministerio de Manuel Chaves su grado de conocimiento no superaba el 18%. Esa presencia constante de Moreno Bonilla en los medios y foros nacionales también pretende cubrir el agujero de no estar en el Parlamento. «No ser diputado no le va a perjudicar», sostuvieron las fuentes, que recordaron cómo Javier Arenas sumó diez diputados ejerciendo la oposición fuera de la Cámara. El día 1 de Moreno Bonilla fue de ausencias y presencias, esas que evidencian la guerra interna que se ha librado por la sucesión andaluza y que, lejos de la unidad que venden ahora, todavía no ha acabado. Ni Zoido ni el secretario general del partido, José Luis Sanz, aparecieron por el Hospital de las Cinco Llagas. El alcalde de Sevilla, que está meditando si deja o no su escaño, estaba de viaje privado y Sanz, principal damnificado de todo este proceso, aunque no es diputado no asistió al pleno por motivos obvios. La mayoría destacaba la «elegancia» de la marcha atrás que dio el número dos de los populares al no presentar su candidatura y algunos culpaban al presidente, Mariano Rajoy, del «martirio» al que ha sometido al PP-A y sobre todo a Sanz, alargando sine die la sucesión y frenando por dos veces su nombramiento. «No se merece esto», comentaban algunos de sus colaboradores más cercanos. Los que han luchado por evitar la designación del alcalde de Tomares daban una visión muy opuesta. «Que no vaya de víctima porque sabía dónde se metía», señalaban. Arenas, pletórico. El que estaba más vivo que nunca era Javier Arenas, que no piensa marcharse del Parlamento. El exlíder del PP-A se ha mostrado generalmente esquivo con la prensa desde que se marchó a Madrid, pero este jueves se le vio pletórico. Muchos consideran a Arenas como uno de los grandes vencedores de esta batalla interna en la que le ha ganado el pulso a su archienemiga, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, que claramente apostó por Sanz. El vicesecretario de Política Local y Autonómica del partido, al que le atribuyen maniobras de todo tipo, reconoció que no había hablado con Cospedal sobre Moreno Bonilla, dirigente vinculado al expresidente popular. «Las cosas se van a hacer muy bien y se va a consolidar mucho la unidad en el PP andaluz», pronosticó Arenas en declaraciones en el Parlamento. Político hábil donde los haya, no asistió a la reunión del grupo popular ni tampoco al careo con la presidenta Díaz en el hemiciclo. Eso hacía ya en el mandato de Zoido para dejar claro que no quería interferir en su sucesor, pero el entorno del alcalde de Sevilla siempre lo consideró una pose. El propio Zoido le lanzó una puya en la última Junta Directiva Regional al asegurar que el futuro presidente del partido lo tendrá lo «suficientemente lejos para evitar injerencias». Otro de los asuntos que estaba en boca de todos es qué pasará con la portavocía del PP en el Parlamento. Este jueves fue el portavoz, Carlos Rojas, quien dio la réplica a Díaz. Moreno Bonilla aún no ha decidido si darle esa responsabilidad a otro diputado. Muchos opinan que si al final mantiene a Rojas, que hasta ahora ha demostrado un papel modesto, significará que el nuevo líder popular quiere «devaluar» el debate parlamentario para que no haga sombra a su discurso fuera de la Cámara. Otros creen que es el momento de recuperar a Esperanza Oña, con más colmillo dialéctico.

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