Todos los sevillanos coinciden en lo mismo: "Esto de las bicicletas está muy bien". Pero ahí se queda la cosa, en una declaración de intenciones que casi nadie lleva a la práctica. La iniciativa municipal de celebrar el Día Europeo sin Coches intercambiando éstos por bicis tuvo poca aceptación entre los ciudadanos que, de momento, seguirán usando el coche, siempre -según declara la mayoría- "por necesidad".
La Semana de la Movilidad se despedía así de Sevilla: con el mismo tráfico por las principales arterias de la capital, el mismo humo contaminante y los mismos usuarios de bicicletas. Eso sí, en potencia hay muchos: "Si no tuviera que trabajar tan lejos, la usaría", explicaba una de las usuarias del parking de José Laguillo. "Necesito coger el coche porque mi trabajo me lo exige, si fuera para pasear, cogería la bici", aseguraba Bienvenido mientras recogía su vehículo de otro parking público.
"Yo lo tengo que coger porque voy de un sitio a otro, si no iría en bici", explicaba José Luis. Y así uno tras otro. De tal modo que, de las más de sesenta bicicletas que el Ayuntamiento puso a disposición de los ciudadanos en los tres aparcamientos públicos de Aussa (José Laguillo, Arenal y Mercado de Triana), sólo se usaron diez.
Y eso que el procedimiento era sencillo: "Dejas tu coche en el parking, das tus datos y el tícket del mismo y coges la bici. Hasta las 15.30 puedes usarla por la ciudad y luego nos la devuelves", explicaba Pablo, encargado de la iniciativa en José Laguillo.
Éste y el del Arenal fueron los más concurridos: cinco ciudadanos en cada uno de ellos -el de Triana se quedó a cero- participaron en esta experiencia piloto para la que más de uno opina que "deberían dedicarse más días a fin de que la gente se entere de qué va". Y es que ni el Día sin Coches, ni la Semana de la Movilidad, ni el intercambio de coches por bicis les sonaba a muchos.
Es el caso de Jesús Vera, que a pesar de cogerle todo el asunto por sorpresa optó por sumarse al transporte ecológico y, en lugar de llegar andando a su destino -pleno centro de la ciudad- tras dejar su coche aparcado, fue pedaleando. "No tenía ni idea de que esto estaba aquí, pero está genial, me ahorro bastante tiempo", afirmaba el joven.
Lo mismo opinaba Juan Carlos: "Siempre hago el mismo recorrido: aparco el coche y luego tengo que andar bastante, así que esto me parece una idea estupenda".
Según varios de los encargados de las bicicletas, "interés sí que hay, la gente se acerca y pregunta, pero luego no la cogen"; y es que, aseguran "hay muchos que ya tienen la suya propia". Sea como sea, el caso es que ayer no hubo ni más ni menos ciclistas en pro del medio ambiente que otros días, y el humo provocado por la concentración de vehículos fue también el mismo.
El año que viene ya se verá cómo es acogida esta iniciativa. De momento, hay muchos que, como Andrés, defensor del transporte sostenible dice estar "satisfecho con los primeros pasos que se están dando".
