Local

El dinero, el fútbol y los escritores

Hubo un tiempo en que escribir era llorar. Me refiero a este país, claro. Pero los tiempos cambian, y llega la hora de que los jóvenes adviertan que, con un poco de suerte, y la ambición de complacer los deseos de quien paga, es posible ganar dinero con los libros.

el 15 sep 2009 / 00:35 h.

Hubo un tiempo en que escribir era llorar. Me refiero a este país, claro. Pero los tiempos cambian, y llega la hora de que los jóvenes adviertan que, con un poco de suerte, y la ambición de complacer los deseos de quien paga, es posible ganar dinero con los libros. Basta de discursos cataclísmicos. No sólo del dinero que arrastra el fútbol vive el hombre. En respuesta a los comentarios de algunos lectores, créanme, en serio, se puede vivir de los libros, e incluso mejor de lo que se piensa.

A este respecto nosotros somos optimistas y, salvo en momentos puntuales en que nos visitan las musas líricas, no compartimos la opinión manriqueña de que 'cualquiera tiempo pasado fue?', bueno, ustedes saben. Diré que hoy día se leen y se compran más libros que nunca en la historia de este país, y que esto es sólo el principio de una larga amistad con el mundo del libro, cualquiera que sea el formato de texto que nos depare el futuro. Conviene, ahora más que nunca, que los padres inciten a sus hijos a un trato de confianza con la letra impresa, y no sólo por las razones obvias que todo padre responsable conoce, sino porque la escritura puede ser una alternativa laboral. Conviene que los estimulen no sólo porque leer es una excelente escuela contra el tedio, sino porque la inclinación de un niño hacia la escritura puede derivar en una profesión de futuro tan honorable y solvente como la que más.

Desde luego, es aconsejable que un niño sea testigo de cómo sus padres se deleitan con un libro, pero también lo es que sepa que J. K Rowling es más rica que Ronaldinho y que la reina de Isabel de Inglaterra juntos, y que, por cada una de sus novelas, Matilde Asensi o Pérez Reverte cobran anticipos que alcanzan cifras millonarias. Se me dirá que no todo el mundo es Matilde Asensi, Pérez Reverte o J. K Rowling, a lo que me veo obligado a replicar que tampoco todo el mundo es Ronaldiño, y eso no obsta para que miles de chiquillos sueñen con ser jugadores de fútbol.

Por razones que no vienen al caso, en los últimos días he compartido veladas con escritores cuyos primeros libros se han vendido magníficamente en el extranjero, y cuyos ingresos les han permitido dedicarse a escribir a tiempo completo. Éstas son noticias que hay que compartir. Y ya que la televisión no lo hace, es bueno que los padres se las transmitan a sus hijos.

  • 1